Estreno
Vuelta al Madrid de los años 40
TVE inauguró ayer el FesTVal de Vitoria con la presentación de «La sonata del silencio» protagonizada por Marta Etura y Daniel Grao.
TVE inauguró ayer el FesTVal de Vitoria con la presentación de «La sonata del silencio» protagonizada por Marta Etura y Daniel Grao.
Para muchos puede pasar desapercibida, encorsetada entre las conocidas Plaza de Santa Ana y la de Jacinto Benavente. Entre ellas se encuentra la Plaza del Ángel que evoca a los que la conocen, al Madrid castizo y a la vez cosmopolita por la cantidad de turistas que se alojan en los hoteles de sus cercanías. Allí, donde ahora confluyen personas de todo el mundo que pasean por las calles aledañas, hubo un tiempo teñido de posguerra, de rencores, amores prohibidos y promesas fallidas. Inspirada en un edificio de dicha plaza, se presentó ayer en el FesTVal de Vitoria, que se celebra esta semana en la capital alavesa, «La sonata del silencio».
Esta ficción, basada en la novela homónima de Paloma Sánchez-Garnica, cuenta la historia del Madrid de los años 40, de Marta (Marta Etura) una joven con gran futuro cuando conoce a su marido Antonio (Daniel Grao) pero cuya vida se trastoca con la enfermedad de éste. Todo cambia cuando a Marta se le presenta una oportunidad que salve su vida y la de su hija Elena (Claudia Traisac).
Daniel Grao es Antonio Montejano, un hombre «lleno de contradicciones», tal como afirma a LA RAZÓN que, al caer enfermo tiene que ver cómo es su mujer la que trabaja para sacar adelante a su familia. «Es una serie que trata el machismo de la época. Que un hombre no pueda sacar adelante a su familia y sea su mujer la que trabaje, hace que él se sienta humillado por el qué dirán», explica el actor. Un sentimiento «que lo paga con su mujer portándose mal con ella a pesar de que la quiere, pero la quiere mal».
Guerra en «flashback»
Esta relación tormentosa se mezcla con las rencillas y celos «en un micromundo del edificio», cuenta Grao, como es el que se forma en el bloque de vecinos «donde se refleja la sociedad del Madrid de la época siempre con el fantasma de la guerra presente cuyas consecuencias se presentan a modo de ‘‘flashbacks’’». Aquí también se verá la relación de Antonio con Rafael Figueroa (Eduardo Noriega), cuyas familias están enfrentadas.
La que será una de las bazas de la cadena pública de cara a los próximos meses es «una apuesta muy atrevida a la que no estamos acostumbrados en televisión», explica Grao y continúa: «Me gusta que sea así porque nos metemos en temas ásperos con valentía, cuando en otras ficciones los evitan para que el espectador no se asuste».
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