Écija
Confirman la condena de 17 años al acusado de asesinar a hachazos a su esposa en Ecija (Sevilla)
Tras el veredicto de culpabilidad de un jurado popular, la Audiencia condenó al acusado, por asesinato con las atenuantes por ideación delirante celotípica y consumo perjudicial de drogas, a 17 años de prisión.
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la condena de 17 años de cárcel por un delito de asesinato que impuso la Audiencia Provincial de Sevilla a Antonio L.G., el hombre acusado de degollar con un hacha a su esposa el día 18 de marzo de 2013 en la vivienda que ambos compartían en la localidad de Ecija. Tras el veredicto de culpabilidad de un jurado popular, la Audiencia condenó al acusado, por un delito de asesinato con las atenuantes por ideación delirante celotípica y consumo perjudicial de drogas, a 17 años de prisión, al pago de una indemnización de 109.666,87 euros a los tres hijos de la pareja y al Estado, y a 23 años de prohibición de acercarse a menos de 500 metros de sus hijos.
En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Sala de lo Civil y Penal del TSJA rechaza el recurso del condenado, que denunció contradicción entre la prueba practicada y la motivación del veredicto, instando la revocación de la sentencia en el sentido de apreciar una eximente incompleta en lugar de una atenuante analógica. Frente a ello, el Alto Tribunal andaluz dice que "no entiende"que exista dicha contradicción pues el jurado "se basa en las conclusiones que a título principal expuso la perito tanto en su informe escrito como en su intervención en el acto del juicio oral".
Al hilo de ello, alega que, "si bien es cierto"que la perito "admitió la posibilidad de que un determinado consumo de cocaína en momentos próximos a los hechos habría podido afectar, según determinadas variables (cercanía en el tiempo, dosis y metabolismo) de manera más intensa la capacidad intelectiva y volitiva del autor, ello se dijo con carácter hipotético". A su juicio, esta hipótesis no tiene que darse "por inequívocamente corroborada por el hecho de aparecer rastro de consumo de cocaína según los análisis posteriores, habida cuenta de que no fue posible determinar si tal consumo fue anterior o no a la comisión de los hechos, como tampoco la dosis ingerida".
Los hechos
En consecuencia, concluye que el veredicto del jurado "está suficientemente motivado, y no cabe apreciar error en la apreciación de la prueba", ya que la conclusión fáctica a que se ha llegado "no contradice una prueba pericial inequívoca y terminante con valor similar al de un documento literosuficiente". Por todo ello, considera que "no puede alterar la apreciación efectuada"por el jurado sobre la "intensidad de la afectación de la capacidad intelectiva y volitiva"del acusado.
El jurado consideró probado que los hechos sucedieron el 18 de marzo de 2013, cuando la víctima, Petra M.M., y dos de sus hijos se despertaron sobre las 6:00 horas para desplazarse a sus respectivos trabajos, mientras el tercero de los hijos y el acusado continuaban descansando en sus respectivas habitaciones. Tras abandonar el domicilio familiar dos de los hijos que se encontraban en la vivienda, y cuando Petra aún no se había marchado, el acusado se despertó y, encontrándose a la víctima en la cocina, cogió un hacha y le asestó varios hachazos en cara, cabeza y cuero cabelludo, ocasionándole la muerte.
Hasta 14 hachazos
De este modo, la fallecida presentaba en su cuerpo hasta 14 heridas inciso contusas "compatibles"con el hacha, todas las cuales "tienen la suficiente gravedad para producir la muerte, en tanto que se localizan en cráneo y cuello", de manera que la muerte se produjo por shock hipovolémico por hemorragia masiva secundaria a lesiones vasculares. Según el jurado, los hachazos "fueron asestados"por el acusado "con intención de causar la muerte"de Petra, ya que abordó a su esposa "de forma que ésta no pudiera reaccionar ni defenderse, pretendiendo asegurar así que acababa con su vida".
En el momento de los hechos, el imputado presentaba una ideación delirante celotípica y consumo perjudicial de sustancias estupefacientes, "con intacta capacidad cognitiva y limitada de forma leve-moderada la capacidad de querer", por lo que rechaza aplicar la eximente completa o incompleta. En el juicio, el imputado se declaró "culpable" y comenzó su comparecencia diciendo que "no recuerda muy bien las cosas"porque había tomado "muchos psicotrópicos", precisando que el día de los hechos se despertó sobre las 7,30 horas y mantuvo una discusión "fuerte"y "a gritos"en el comedor con su esposa, a la que "recriminó"que le era "infiel".
"No recuerdo todo, estaba demasiado 'endopao' de pastillas", explicó el procesado, que aseguró que media hora antes de la discusión se tomó "seis o siete"pastillas, concretamente 'tranquimazín' de dos milígramos que ingería para "quitarse de las drogas", agregando que en el marco de la disputa su mujer le preparó una tila "con demasiadas pastillas". "Le dije que no me las tomaba"porque "me iba a volver loco", indicó.
El imputado, que afirmó que "creía"que su esposa "le envenenaba", puso manifiesto que, en el marco de esa discusión, cogió un hacha "pequeña"que utilizaban para cortar la carne y golpeó con ella a la víctima. "Fue un arrebato, la quería más que a nada en el mundo", aseveró.
Denuncia previa
Una vez cometido el crimen, el acusado narró que cogió el bolso de su mujer y salió de la vivienda para dirigirse al banco, trayecto en el que la Policía Nacional le "cogió". "Por lo que dice la Policía, escondí el hacha en una alcantarilla, aunque no lo recuerdo porque yo estaba traumatizado", relató el acusado, que negó lo asegurado en su declaración judicial, cuando afirmó que, tras matar a su mujer, escondió el hacha y se dirigió a casa de su hermano, a quien le confesó el crimen.
La víctima ya denunció en el año 2007 ante la Policía al ahora detenido por insultos, amenazas y maltrato psicológico, aunque la denuncia fue archivada después de que ella misma la retirara.
El detenido cuenta con 30 antecedentes policiales, en su mayoría por delitos de robo con fuerza, aunque en una ocasión también fue detenido por un delito de prostitución después de que ofreciera a una joven 50 euros a cambio de sexo, lo que ésta denunció inmediatamente.
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