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Consecuencias del anticiclón de febrero

Consecuencias del anticiclón de febrero
Consecuencias del anticiclón de febrerolarazon

La primavera es una estación de cambios, de transición entre el frio invierno y el verano. En ella es propia la inestabilidad y los cambios bruscos de tiempo, pero este año la estación de las flores se está comportando especialmente fuera de lo normal. Acabamos de cerrar el mes de mayo con la sensación de que las lluvias no cesan, el mes ha cerrado con valores normales aunque próximo a húmedo. El nivel de nuestros embalses se ha incrementado notablemente en los últimos meses llegando, al fin, a superar la media de los últimos diez años. Mayo ha sido un mes en el que las temperaturas en nuestro país han estado en muchas ocasiones por debajo de lo normal –aunque la media coincide con la media de este mes– y llama notablemente la atención que, en el norte de Europa, los escandinavos estuvieran y estén disfrutando de temperaturas que incluso han sido en algunos días más altas que en España.

En Noruega y Suecia estos días superaban valores de 30ºC y en Oslo se batían récords de temperaturas medias medidas en el mes. El 30 de mayo en Gotemburgo se llegó a alcanzar 31.1ºC, el valor más alto de la ciudad en un mes de mayo desde 1859. En Suecia las temperaturas no se recordaban tan altas desde hacía 100 años.

Pero ¿por qué está sucediendo esto? Recordemos que el mes de mayo del año pasado fue un mes extremadamente cálido en España (el segundo más cálido del siglo XXI) y es que este año la configuración de los patrones de presión es diferente.

Tenemos que remontarnos atrás, a lo que sucedió en febrero. Si recordamos en ese mes el vórtice polar (región de bajas presiones que confina el aire en el polo) sufrió una ruptura y desplazo ese aire frio hacia el norte de Europa. Allí hizo mucho frio, pero además, el patrón que se instauró fue el de un potente anticiclón en Escandinavia que desvió todas las borrascas hacia España. De ahí que marzo mostrara un 347% más de lluvia de lo habitual.

En la atmósfera existe lo que se conoce como efecto mariposa, y es que una pequeña perturbación en las condiciones iniciales de un sistema caótico (como es la atmósfera) puede producir grandes cambios en el sistema. A partir de esos cambios se crearon otros y desde hace unas semanas tenemos dos potentes anticiclones bien instaurados, uno al norte, en la Península Escandinava, y otro en el Atlántico, cerca de las islas Azores. Ambos ejercen de escudos, bloqueando la entrada de lluvias y desviándolas hacia España. Pero, además, si esas lluvias vienen de la mano de embolsamientos de aire frio en altura, el ambiente resulta ser más fresco de lo normal.

En mi opinión los próximos meses tendremos un patrón de presión parecido, en muchas ocasiones más debilitado, pero que todavía dejarán entrar lluvias el noroeste peninsular, aunque las temperaturas tenderán a regularizarse en la mayor parte del país. En el suroeste y Canarias los termómetros podrían mantenerse en verano por debajo de lo normal, posiblemente asociado al enfriamiento anómalo que está sufriendo el atlántico tropical, algo que no ocurría desde 1989 y 1994.