Investigación

El consumo de café es hereditario

Un estudio demuestra que hay genes de nuestros padres que influyen en la relación que tenemos con esta bebida

El café es una de las bebidas más populares de España y consumida por millones de personas, y su sabor, calidad y nivel de cafeína es evaluado también en varios premios
El café es una de las bebidas más populares de España Dreamstime

El café es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo, y las propiedades positivas que tiene son amplias si se toma de manera moderada. Además de ser una fuente de hidratación saludable, que posee nutrientes y fitocéuticos, tiene poderes antioxidantes y puede favorecer la regulación del colesterol, entre otras muchas cosas.

Aunque a lo largo de la historia se han realizado muchas investigaciones sobre esta bebida, no se había descubierto hasta ahora un hecho que los científicos venían tiempo intuyendo: la cantidad de café que bebemos depende, en parte, de genes que poseen nuestros padres.

El Departamento de Anatomía y Biología Celular de la Facultad de Medicina y Odontología Schulich de la Universidad Western en Ontario (Canadá) y el Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de San Diego de la Universidad de California (EEUU) compararon las características del consumo de café de una base de datos (23andMe) con un conjunto aún mayor de registros en el Reino Unido. Recopilaron datos genéticos, así como cifras de consumo de café autoinformadas, para elaborar un estudio de asociación de todo el genoma (GWAS). La idea era establecer conexiones entre los genes que se sabía que estaban asociados con el consumo de café y los rasgos o condiciones relacionados con la salud. "Utilizamos estos datos para identificar regiones del genoma asociadas con si alguien tiene más o menos probabilidades de consumir café. Y luego identificar los genes y la biología que podrían subyacer al consumo de café", señala Hayley HA Thorpe, autora principal de la investigación, según recoge Europa Press.

"Teníamos buenas razones para sospechar, a partir de artículos anteriores, que había genes que influyen en la cantidad de café que una persona consume", dijo Thorpe. "Por eso, no nos sorprendió descubrir que en ambas cohortes que examinamos había evidencia estadística de que se trata de un rasgo hereditario. En otras palabras, las variantes genéticas particulares que heredas de tus padres influyen en la cantidad de café que probablemente consumas", añade Abraham Palmer, también investigador.

La influencia genética en el consumo de café era la primera de las dos preguntas que los investigadores querían abordar. La segunda es algo que los amantes de esta bebida están muy interesados en aprender: ¿Es bueno o malo consumirlo?

La respuesta a esta pregunta sigue sin ser definitiva, y lo observado en la investigación demuestra que hay "asociaciones genéticas positivas consistentes entre el café y resultados nocivos para la salud como la obesidad y el uso de sustancias".

Una asociación genética positiva es una conexión entre una variante genética específica (el genotipo) y una condición específica (el fenotipo). Por el contrario, una asociación genética negativa es una cualidad protectora aparente que desalienta el desarrollo de una enfermedad. Los hallazgos se vuelven más complicados cuando se trata de condiciones psiquiátricas.

"Mira la genética de la ansiedad, por ejemplo, o el trastorno bipolar y la depresión: en el conjunto de datos de 23andMe, tienden a correlacionarse genéticamente positivamente con la genética del consumo de café. Pero luego, en el Biobanco del Reino Unido, se ve el patrón opuesto, donde están correlacionados genéticamente negativamente. Esto no es lo que esperábamos", explica Thorpe, quien manifiesta que hubo otros casos en los que el conjunto de 23andMe no se alineaba con el Biobanco del Reino Unido, pero el mayor desacuerdo fue en las condiciones psiquiátricas.

Es común combinar conjuntos de datos similares en este campo para aumentar el poder del estudio. Esta información muestra una imagen bastante clara de que combinar estos dos conjuntos de datos realmente no fue una buena idea. "Y al final no terminamos haciendo eso", ya que fusionar las bases de datos podría enmascarar efectos, llevando a los investigadores a conclusiones incorrectas o incluso anulándose entre sí.

Los colaboradores enfatizaron la necesidad de realizar más investigaciones para desentrañar las relaciones entre la genética y el medio ambiente, centrándose no sólo en la ingesta de café y cafeína sino también en otras cuestiones relacionadas con el uso de sustancias.