Neurología

Beber café puede reducir la producción de dopamina en pacientes con Parkinson, según un estudio

Los resultados sugieren que aunque la cafeína ha sido asociada previamente con un menor riesgo de desarrollar esta enfermedad, no parece mejorar la función dopaminérgica en pacientes ya diagnosticados

Beber café puede reducir la producción de dopamina en pacientes con Parkinson
Beber café puede reducir la producción de dopamina en pacientes con ParkinsonCanva

Un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Turku y el Hospital Universitario de Turku en Finlandia, publicado en la revista Annals of Neurology, ha arrojado nuevas luces sobre cómo el consumo de café afecta los niveles de dopamina en personas con enfermedad de Parkinson.

Según la Sociedad Española de Neurología, en España aproximadamente 300.000 personas viven con Parkinson. La enfermedad afecta a personas de todas las edades, incluyendo un 15% de casos en menores de 50 años, y puede ser difícil de diagnosticar correctamente, con hasta un 25% de diagnósticos incorrectos.

El estudio, que incluyó la participación de 163 pacientes con Parkinson en etapa temprana y 40 controles sanos, encontró que aquellos que consumían más de tres tazas de café al día mostraban una reducción significativa en los niveles de unión al transportador de dopamina en el cerebro.

El neurólogo Valtteri Kaasinen, de la Universidad de Turku, quien lideró la investigación, comentó sobre los hallazgos: "La relación entre un alto consumo de cafeína y un menor riesgo de enfermedad de Parkinson se ha observado en estudios epidemiológicos. Sin embargo, nuestro estudio es el primero en enfocarse en los efectos de la cafeína sobre la progresión de la enfermedad y los síntomas en relación con la función de la dopamina en la enfermedad de Parkinson."

Los resultados sugieren que aunque el café ha sido asociado previamente con un menor riesgo de desarrollar Parkinson, no parece mejorar la función dopaminérgica ni los síntomas en pacientes ya diagnosticados. Los investigadores plantean que la regulación negativa de la dopamina en los grandes consumidores de café podría ser un efecto compensatorio similar al observado en cerebros sanos expuestos a otras drogas psicoestimulantes.

En términos de implicaciones clínicas, el estudio no respalda el uso de la cafeína como tratamiento para pacientes recién diagnosticados con Parkinson. Sin embargo, subraya la importancia de entender la complejidad de la gestión de la enfermedad y destaca el potencial para futuras investigaciones terapéuticas.