Lenguaje
¿Cuál es el origen de la expresión "cargar con el muerto"?
Esta frase se utiliza desde la Edad Media y tiene su origen en una ley injusta de la época
La expresión “cargar con el muerto” es una de esas frases hechas que utilizamos de forma irreflexiva e inconsciente en nuestro día a día, y que -sin embargo- tienen un origen bastante interesante. Es lo mismo que ocurre con otras expresiones como “por si las moscas”, “estar en Babia” o “la ocasión la pintan calva”. Se utilizan constantemente y en todos los niveles socioculturales del mundo hispánico. Sabemos cuál su significado, pero no sabemos por qué las utilizamos y por qué tienen esos significados tan concretos.
Cuál es el origen de la expresión "cargar con el muerto"
Esta frase hecha se refiere a que alguien va a asumir la responsabilidad y las consecuencias de un error o una trasgresión de los que es inocente. Para encontrar el origen de esta expresión debemos remontarnos nada más y nada menos que hasta la Edad Media... una época en la que era bastante más violenta y en la que era frecuente que un desplante acabase en asesinato.
Fruto de esta violencia, también era común que por la mañana apareciese algún que otro cadáver en los callejones. En aquella época la legislación estipulaba que si no se daba con el culpable del homicidio… serían los vecinos quiénes deberían asumir la responsabilidad y pagar de manera conjunta una multa llamada “homicidium u omecillo”.
Aquella sanción era, a ojos del pueblo, totalmente injusta. Por eso, cuando aparecía un muerto en las calles con evidentes signos de violencia… y no había forma de determinar un culpable, lo que solía pasar es que los vecinos levantaban el muerto y lo trasladaban silenciosamente hasta entrar en perímetro del pueblo vecino y lo abandonaban por ahí… "cargándoles el muerto" a los vecinos y eludiendo el pago de la multa del rey.
Esto explica por qué la expresión “cargar con el muerto” significa “resultar perjudicado por una situación en la que no hemos tenido nada que ver. Es muy parecida a otra expresión quetambién es muy común: “comerse el marrón”… aunque a simple vista su origen parece ser menos elaborado. De hecho, en este caso lo mejor es aplicar el principio de la navaja de Ockham y asumir que la teoría más simple (y la más escatológica) es la correcta.
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