
Prisiones
Las cuatro cárceles de España que siguen impresionando pese a estar abandonadas
Estas prisiones destacan por su historia, su arquitectura y los impactantes episodios que vivieron entre rejas

España guarda entre sus montañas, ciudades y pueblos una serie de prisiones que no solo formaron parte del sistema penitenciario del país, sino que hoy se erigen como testigos silenciosos de épocas convulsas, luchas políticas, represión y también de transformación social. Desde fortalezas medievales reconvertidas en cárceles hasta edificios del siglo XX con historias estremecedoras, estas infraestructuras abandonadas siguen llamando la atención de historiadores, curiosos y amantes del misterio.
Algunas de estas cárceles destacan por su arquitectura imponente, otras por haber sido escenario de fugas masivas, encarcelamientos injustos o por haber albergado a personajes clave de la historia de España. Muchas ya no están en funcionamiento, pero su legado permanece entre muros y pasillos silenciosos. Estas son algunas de las cárceles más icónicas y abandonadas de España que te harán viajar al corazón de la historia penitenciaria del país.
La Cárcel Modelo (Barcelona)
La Cárcel Modelo de Barcelona, también conocida como La Model, es uno de los centros penitenciarios más famosos y emblemáticos de España. Inaugurada en 1904, fue el principal centro penitenciario de Cataluña hasta su cierre definitivo en 2017. Durante más de un siglo, albergó a miles de presos, muchos de ellos políticos o figuras históricas clave como el pedagogo anarquista Francesc Ferrer i Guàrdia, fusilado en 1909, o Salvador Puig Antich, ejecutado por garrote vil en 1974 durante el franquismo.
Actualmente, puede visitarse de forma gratuita, aunque algunos de sus edificios auxiliares han sido demolidos. El futuro de este edificio pasa por una transformación en zona de viviendas sociales y parque urbano, entre otros aspectos.
Cárcel de Pedraza (Segovia)
Ubicada en el pintoresco pueblo medieval de Pedraza, en Segovia, esta cárcel data del siglo XIII, lo que la convierte en una auténtica joya patrimonial. Reformada posteriormente, destaca por su diseño en dos niveles: los presos por delitos menores eran recluidos en la parte superior, mientras que los asesinos y criminales peligrosos eran encerrados en un oscuro sótano al que solo se accedía por una trampilla superior. Su arquitectura y condiciones carcelarias ofrecen un impactante testimonio de la justicia medieval. Hoy puede visitarse como parte de la experiencia turística de Pedraza.
Fuerte de San Cristóbal (Navarra)
Situado en lo alto del monte Ezkaba, cerca de Pamplona, el Fuerte de San Cristóbal fue construido entre 1877 y 1912 como fortaleza militar, pero pronto se convirtió en prisión. A raíz del levantamiento de 1934 y, sobre todo, tras el golpe militar de 1936, fue usado para encarcelar a miles de presos políticos y sindicalistas en condiciones de hacinamiento y miseria.
En 1938, protagonizó la mayor fuga carcelaria de la historia de España: 795 presos de los 2.497 recluidos lograron escapar, aunque de forma temporal, ya que posteriormente la gran mayoría acabó siendo capturado o ejecutado.
Cárcel de Zamora
La Cárcel de Zamora, en funcionamiento desde 1965, adquirió un papel único a partir de 1968 al convertirse en la única cárcel concordataria del país. Esto significaba que albergaba exclusivamente a sacerdotes y religiosos encarcelados por motivos ideológicos durante el franquismo.
Entre sus muros se vivieron episodios de tensión política y resistencia eclesiástica, siendo considerada un símbolo de la represión del régimen contra voces críticas dentro de la propia Iglesia. Hoy, cerrada y silenciosa, es un testimonio de una España dividida y en transformación.
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