En los equipos informáticos del arrestado se han analizado hasta el momento 120.000 imágenes, 800 vídeos y más de 6.000 números de teléfono.

La Policía Nacional detuvo el pasado viernes en Zaragoza a un ciberdepredador sexual que contactó a través de internet con al menos 103 niñas y adolescentes de entre 10 y 14 años. Fue arrestado como presunto autor de delitos de descubrimiento y revelación de secretos, corrupción de menores y producción de pornografía infantil.

Sin embargo, ayer, tan sólo un día después, fue puesto en libertad con cargos, y eso a pesar de sus cuatro antecedentes: tres por corrupción de menores y uno por exhibicionismo, tal y como pudo saber este periódico. El último, de corrupción de menores, hace sólo un año, en 2015. Tampoco se ha tenido en cuenta la profesión que tiene: sacristán de una parroquia de Zaragoza, según pudo saber LA RAZÓN.

«Premio la belleza»

El arrestado, que no puso resistencia durante su detención, captaba a sus víctimas mediante «grooming» en diversas redes sociales. Se hacía pasar por una niña o una adolescente para hacerse amigo de las menores. Tras ganarse su confianza, perseguía el que era su verdadero objetivo: que le mandasen fotos y vídeos de contenido sexual. «Me gusta la belleza y la premio», dijo en diversas ocasiones a las menores. En esto no mentía; a cambio de esas imágenes, les ofrecía regalos, desde recargas de saldo, dinero o teléfonos móviles. Y si alguna menor sospechaba que fuera un adulto, le mandaba fotos que él previamente había comprado de otras niñas. La investigación comenzó en abril de 2015, a partir de una denuncia interpuesta por una madre en una localidad canaria cuando descubrió que a su hija le habían pedido fotografías de carácter íntimo a cambio de recargas de saldo para su móvil.

Las primeras pesquisas permitieron saber quién estaba detrás de ese perfil falso. En ese momento se le detuvo y se registró su casa y se le intervinieron varios teléfonos móviles y material informático. Tras un año de incesante trabajo, los agentes, que extrajeron 120.000 imágenes, 800 vídeos y más de 6.000 números de teléfono, lograron identificar a 103 niñas. Y podrían ser muchas más, porque todavía falta identificar al resto de víctimas del ingente volumen de imágenes intervenidas.