Sindicatos de estudiantes

Las finanzas revolucionarias del Sindicato de Estudiantes

La organización carga contra las subvenciones públicas al tiempo que las recibe

imagen del stand del que dispuso gratuitamente el Sindicato de Estudiantes en la feria Aula.
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El Sindicato de Estudiantes se autodefine en su página web como «la principal organización de los hijos de los trabajadores», «revolucionaria y anticapitalista» que «desde su nacimiento siempre se ha dotado de unas finanzas revolucionarias». Para la entidad dirigida por el ex estudiante Tohil Delgado, agitador de las manifestaciones estudiantiles de los últimos meses, esto significa depender «fundamentalmente de nosotros mismos y de los recursos que logremos obtener del movimiento obrero». Nada más lejos de la realidad, a juzgar por las ingentes subvenciones que el Sindicato de Estudiantes lleva recibiendo en los últimos años por parte del Ministerio de Educación, así como de otros organismos gubernamentales a los que primero ataca para luego «poner el cazo».

Tradición obrera

Aunque el Sindicato de Estudiantes se jacta de que sus métodos de financiación «son el producto de incorporarlas mejores tradiciones de la clase trabajadora y sus organizaciones al terreno del movimiento estudiantil», olvida mencionar que sus cuentas se nutren de las arcas públicas año tras año. Aunque las ayudas y subvenciones que recibe esta organización han sufrido un severo recorte tras los años de bonanza que vivió con los gobiernos de Zapatero, lo cierto es que aún con el ministro José Ignacio Wert –al que han puesto de fascista para arriba en varias ocasiones– al frente de Educación, las subvenciones públicas no han cesado. De hecho, el Boletín oficial del Estado (BOE) ha publicado recientemente varias ayudas al Sindicato de Estudiantes. En concreto, el pasado 3 de enero se le concedieron 3.862,13 euros, a los que hay que sumar otros 27.448 euros más, publicados en el BOE el 22 de enero. En total, 31.310 euros concedidos por la Secretaría de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades sólo en el mes de enero de este año, si bien son con cargo a los Presupuestos Generales de 2012 por ser las resoluciones del pasado mes de diciembre. Si sumamos las «revolucionarias» subvenciones estatales recibidas por esta organización en los últimos años, la cifra supera los 300.000 euros.

Por si esto fuera poco, el Sindicato de Estudiantes se permite criticar a todos aquellos que reciben estas ayudas públicas, incluidos sus afines políticos, al tiempo que afirma se trata de un gran error. «Lamentablemente, hoy, los sindicatos de clase y los partidos de la izquierda no tienen unas finanzas revolucionarias, sino que dependen fundamentalmente de las subvenciones públicas y de los créditos millonarios de las entidades bancarias». El sindicato basa su argumentación en el hecho de que «tener unas finanzas revolucionarias nos permite, además, depender en lo político de nosotros mismos». En este sentido, apunta la entidad de Tohil que estas subvenciones públicas «te hacen dependiente a la vez que vulnerable».

En un cúmulo de contradicciones, el Sindicato de Estudiantes se refiere a estas ayudas como «migajas que a la burguesía nunca le ha importado destinar» para «intentar controlar» a las organizaciones obreras, «migajas», que, con todo, no duda en recibir gustosamente año tras año. Así, la realidad de las finanzas de esta organización dista mucho del ideal revolucionario que promueve ante los estudiantes.

Sin embargo, ante la evidencia imposible de esconder de los cientos de miles de euros de dinero público que reciben, no dudan en afirmar que «las subvenciones no son ningún regalo, sino un derecho al que no estamos dispuestos a renunciar». De hecho, reconocen que esas subvenciones proceden de los mismos contra los que luchan, así como que depender de ellas significa «tener una soga la cuello. Incluso resaltan en letra mayúscula que éste no es su caso, contrariamente a la realidad de sus finanzas.

«NOSOTROS NO NOS VENDEMOS», llegan a decir, mientras señalan que son discriminados por respecto a otras organizaciones por luchar contra la política educativa de los distintos gobiernos.

En cualquier caso, el documento del Sindicato de Estudiantes señala que «lo más importante no es si se reciben o no subvenciones, sino si dependes de ellas, cómo se utilizan y con qué objetivos». Dicho de otras forma, adiós al discurso revolucionario, pues el fin justifica los medios. ¿Y cuál es este fin? «Luchar y dar una respuesta contundente a los ataques constantes que recibimos como jóvenes, ya sea a nivel general o en un instituto o facultad». En esta lucha, aunque el sindicato apunta a que ha «utilizado hasta el último euro en editar miles de dípticos, carteles y octavillas, en enviar cartas a los centros, en hacer viajes, etc.», esto no es así del todo. El Instituto de la Juventud, organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, Políticas Sociales e Igualdad, concedió en julio de 2011 una ayuda pública de 34.000 euros al Sindicato de Estudiantes, publicada en el BOE el 12 de agosto, para el mantenimiento de la sede estatal de la organización, un local situado en el madrileño barrio de Carabanchel.

El líder estudiantil que no estudia se aferra al cargo

El líder del Sindicato de Estudiantes, Tohil Delgado, no está por la labor de abandonar su cargo al frente de esta organización sindical a pesar de que, como denunció hace unos días LA RAZÓN, este joven de 28 años no estudia nada desde hace cuatro años. De ello da prueba el hecho de que sigue, de facto, liderando las protestas del Sindicato de Estudiantes contra la LOMCE, la nueva ley educativa. De hecho, el pasado jueves se dejó ver en un acto con medio centenar de profesores, padres de alumnos y estudiantes, en la localidad madrileña de San Fernando de Henares, según se detalla en la web del sindicato. En el evento, organizado por el grupo municipal de Izquierda Unida, Delgado habló durante media hora acerca de la «contrarreforma educativa del PP», al tiempo que instó una vez más a la agitación y a la huelga general de la comunidad educativa. Así, a pesar de que el propio Sindicato de Estudiantes ha reconocido que el que dice ser el representante de unos 20.000 estudiantes de Secundaria, Bachillerato, FP y Universidad, en realidad no estudia, no parece que Delgado vaya a renunciar al cargo voluntariamente. Con todo, el Consejo de Estudiantes Universitarios del Estado (CEUNE), máximo órgano de representación de los universitarios en España, ya ha avisado de que piensa expulsar al líder sindical.