Los obispos quieren un pacto educativo que incluya la Religión

«No buscamos privilegios, defenderemos el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones religiosas».

«Ni buscamos privilegios ni buscamos marginación». La Iglesia «defenderá el derecho de los padres que quieren educar a sus hijos conforme a sus convicciones religiosas, tal y como recoge la Constitución», dijo ayer el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo, sobre el futuro de la asignatura de Religión en el marco del pacto de estado educativo que se empezará a fraguar en el Congreso de los Diputados. «Queremos que la clase de Religión esté en ese pacto, la Iglesia quiere tener una voz única en el proceso de pacto», insistió ayer al presentar las conclusiones de la 108 reunión de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal.

Gil Tamayo considera que la exigencia de la Iglesia no significa ocupar una situación de privilegio ya que «forma parte del pacto que el Estado ha hecho también con el resto de convicciones religiosas con las que tiene acuerdo... No es un ámbito de privilegio, sino de integridad de la formación y lo que se imparte no es catequesis, sino una enseñanza confesional de saberes con una plena integración en el currículum, a los que trata de llevar el aporte respetuoso de las convicciones cristianas».

El portavoz de la Conferencia Episcopal no sólo defendió el derecho de los padres a una educación religiosa, sino también «el de los profesores de Religión con competencia académica que ejercen normalmente su tarea formativa».

La Iglesia considera que en materia educativa tiene mucho que decir puesto que «dsipone de una rica realidad educativa de aporte y servicio a la sociedad española». De ahí que crea necesario que su voz se tenga en cuenta en el momento en el que se empiece a hablar de pacto educativo.

El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, se reunió con los obispos cuando estaba en funciones para conocer su punto de vista sobre el pacto educativo, una cuestión sobre la que la Conferencia Episcopal Española se ha mostrado favorable por el hecho de que «en nuestro país la educación necesita ser planteada como una cuestión de Estado y no partidista, tal y como reclama la sociedad». Gil Tamayo cree que la sociedad española se encuentra en un momento en el que «necesitamos abandonar la incomunicación, estamos llamados a trabajar juntos en diálogo y por el bien común». Actualmente la asignatura de Religión se oferta de manera obligatoria en todas las etapas educativas y es una materia evaluable que sirve para hacer media con el resto de asignaturas, tal y como queda recogido en la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce).

La izquierda siempre ha defendido que esta materia debe quedar fuera del ámbito académico, aunque actualmente el 65 por ciento de los alumnos españoles eligen estudiar esta materia a lo largo de su vida académica. Optan por ella el 56,5% de los alumnos de colegios e institutos estatales; el 97,7% de los estudiantes en centros concertados o privados católicos; y el 69,8% de los alumnos de colegios concertados o privados no católicos.