Reforma educativa
Ni un paso atrás en la Ley de Educación
El Gobierno garantiza que la Lomce se aprobará este mes tras solventar «detalles técnicos», pero sin tocar su «arquitectura fundamental»
No se moverá ni una coma en lo fundamental. Es el mensaje que se lanza desde el Ministerio de Educación después de que finalmente no se aprobara ayer en Consejo de Ministros la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad de la Enseñanza (Lomce). Tan sólo unos «detalles técnicos» han hecho que no se haya dado luz verde al proyecto estrella del ministro José Ignacio Wert. Pero no habrá que esperar mucho. Antes de que termine el mes de mayo, esto es, en unos quince días, la norma verá la luz. Será entonces cuando se pueda constatar cómo quedan resueltas las observaciones hechas por parte del Consejo de Estado sobre cómo resolver la alternativa al modelo de inmersión lingüística catalán así como los conciertos con los colegios de educación diferenciada.
Desde el Ejecutivo popular están perfilando la memoria económica, que también fue motivo de algunas de las observaciones tanto del Consejo de Estado como del Consejo Escolar, que en ningún caso son vinculantes. Aunque en términos generales dieron vía libre a la reforma, sí destacaron la necesidad de dotarla de recursos suficientes. Hasta el momento, Wert ya explicó el pasado mes de enero que los costes directos rondarían los 400 millones de euros y correrían a cargo del Estado.
«Hay algunos aspectos se están fortaleciendo, amén de la posibilidad, en colaboración con el Ministerio de Empleo, como novedad a consecuencia de la aprobación del marco financiero plurianual, de que en alguna de las medidas novedosas que se aplican en algunos ámbitos, especialmente la Formación Profesional, puedan además, utilizarse fondos europeos», detalló ayer la vicepresidenta y portavoz del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, que negó que la demora en su aprobación estuviera relacionada con la huelga convocada por la izquierda el pasado jueves que intentó, sin éxito, paralizar el sistema educativo desde la Educación Infantil hasta la Universidad.
Es más, Sáenz de Santamaría aclaró que aquellos que dieron por ganada la batalla, «no podrán hacerlo mucho tiempo»: «Entiendo y respeto la posición de todos y cada uno de los grupos y los manifestantes y los opinantes, pero hay un tema respecto del que no he encontrado ningún argumento que como Gobierno me permita decir que esta ley no es necesaria».
Precisamente, desde el equipo del ministro desmienten que el presidente del Gobierno haya presionado a lo largo de esta semana a Wert para aplazar la Lomce y modificar el trato dispensado al catalán. De hecho, no se tocará ningún aspecto de la «arquitectura fundamental» de la ley. Así lo materializó también Sáenz de Santamaría cuando subrayó que el titular de Educación tiene encomendada «una de las tareas más importantes de este Gobierno y está dedicado a ella en cuerpo y alma», tal y como lo demuestra el «despliegue» de reuniones que ha mantenido con todo el sector educativo y que están reflejadas en el dictamen del Consejo de Estado.
En esta cuenta atrás hacia la Lomce, Alicia Sánchez-Camacho, presidenta del PPC, ha enviado al Ministerio de Educación algunas propuestas para que sean incluidas. Así, los populares catalanes han expresado su deseo de que el catalán sea lengua vehicular con una presencia equivalente al castellano. Otra de las aportaciones de Sánchez-Camacho sugiere que la Alta Inspección del Ministerio de Educación decida en última instancia qué alumno puede recibir clases en castellano. De esta manera, el Estado recuperaría esta competencia que actualmente está en manos de la Generalitat de Cataluña.
Ante esto, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, pidió ayer la retirada de la normativa en ciernes en tanto que considera que «no se puede aprobar una ley sin contar con el apoyo de nadie». En este sentido, argumentó que «va a segregar a estudiantes, va a enfrentar a la escuela pública con la escuela privada y concertada, en detrimento de la escuela pública, y va contra la igualdad de oportunidades».
«El aborto es siempre un fracaso de todos»
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró ayer que «el aborto es siempre un fracaso de todos», por tanto, recordó que se debe apostar por la prevención de los embarazos no deseados para no llegar al aborto. Así, pidió «sensibilidad» al tratar este asunto, «porque es un debate en el que se mezclan muchas cosas y muchas opiniones». La vicepresidenta abogó por la necesidad de incidir en la formación y la información, ya que no cree «que sea un momento de la vida que a uno le resulte grato». Por eso, «pido a todos que hagamos un debate sereno, con argumentos jurídicos y serios», y a la vez, solicitó ser «muy rigurosos». Preguntada sobre si quitar el supuesto de malformación no sería un elemento fundamental para el Ejecutivo, Sáenz de Santamaría explicó que el Gobierno está analizando la convención de derechos de las personas con discapacidad de la ONU, que España ratificó en 2008, y los compromisos que supone respecto al aborto.
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