Sobresaliente en insultos

No hay reunión en el Ministerio de Educación con estudiantes que se desarrolle en paz. Y ayer los universitarios iban dispuestos a montar bronca. «No me callaréis; hasta que no me echéis me vais a oír. Voy a estar aquí toda la vida, incluso puedo contar algún chiste, porque este organismo es un chiste. Puedo hacer una performance como el secretario general de universidades y contaros las maravillas del sistema universitario... No dialogo con terroristas. Este organismo de terrorismo democrático e ilegítimo de representación no atiende para nada y es enemigo de la universidad pública... ¿Esto es un pleno o qué es? Delante mía no se va a hablar». Fue parte de la intervención del representante de la Universidad de Oviedo ayer en el Ministerio de Educación durante la celebración del Consejo del Estudiante Universitario del Estado (Ceune). Lo dijo poniéndose en pie y plantando cara al secretario general de Universidades, Francisco Morán, y al director general de Política Universitaria, Jorge Sáinz. A ellos y al resto de asistentes. Hubo que hacer un receso de quince minutos para relajar el ambiente antes de reanudar la reunión. «Unos se miraban a otros atónitos por lo ocurrido, otros se reían y hubo quien decidió grabar la escena», explicó Antonio Toledo, representante de la Universidad Rey Juan Carlos. A la puerta de la sala donde se celebraba la reunión tuvo que acudir personal de seguridad y dos guardias civiles, que afortunadamente no tuvieron que intervenir.

El caso es que, al final, el representantes ovetense decidió no volver a entrar en la reunión, pero prometió colgar su «actuación estelar» en las redes sociales. «Me salí del Ceune tras paralizar el pleno porque es uno organismo de falsa democracia estudiantil», se justificó luego en la red.

A los estudiantes, que se habían reunido para debatir sobre el nuevo sistema de acceso a la universidad que contempla el anteproyecto de Ley de Mejora de la Calidad Educativa, les molestó mucho que no se sentara con ellos a hablar de la reforma el ministro Wert en persona. «Querido Wert, no te presentas a debatir con los estudiantes, no nos escuchas, pero nos vas a oír, el miedo empieza a cambiar de bando», comentó en internet el representante de Oviedo que luego montó el espectáculo. «No viene a la reunión por motivos de seguridad», comentaban en la red. «Compañeros de las universidades, representantes de las confederaciones de asociaciones, miembros natos, señor ministro...Ah no, ¡que no está! En fin...», introdujo su discurso con ironía Iago Varela, el representante de la universidad de Vigo. «Sin embargo, desde el Ministerio de Educación justificaron su ausencia en la reunión porque simplemente el ministro se encontraba en la sesión de control al Gobierno en el Pleno del Senado.

Los representantes de 68 universidades tanto públicas como privadas que acudieron ayer al Ministerio de Educación no ocultaron su disgusto con la reforma educativa. De hecho, presentaron ayer en el registro un informe en el que critican el proyecto de ley que prepara el ministro Wert, a la que califican de «mercatilista y clasista». Se trataba de la primera reunión que mantenían los universitarios con representantes del Ministerio tras conocerse el contenido del borrador sobre la admisión a las enseñanzas oficiales de grado.

Entre los estudiantes universitarios hubo quien lamentó lo ocurrido. «Los insultos no han sido sólo para los altos cargos del Ministerio de Educación, sino para el resto de los compañeros que estábamos allí porque el representante de Oviedo puso en duda la utilidad del Ceune», comentó el portavoz de la Rey Juan Carlos. «Ya estoy harto de gente como ésta -dijo por el ovetense- porque la mayoría de los que participamos en este consejo venimos a trabajar. El de Oviedo hizo lo mismo en la última reunión que se celebró en julio pasado. Abandonó la reunión que tuvimos con el ministro con insultos y palabras malsonantes...y estamos hartos de que personajes como estos no nos dejen trabajar. Por que lo de gilipollas, hijo de puta, fascista y antidemócrata son palabras de lo más habitual en boca de esta gente y nosotros queremos cambiar las cosas desde dentro, nada de propaganda guerrillera», añadió ayer el protavoz estudiantil de la Rey Juan Carlos. No obstante, después de este incidente, la reunión «transcurrió con normalidad».

No es la primera vez que representantes del Ministerio de Educación o incluso el mismo ministro se ven envueltos en situaciones parecidas. El 20 de julio pasado, al menos ocho estudiantes de universidades españolas abandonaron la anterior reunión del Consejo de Estudiantes Universitarios del Estado, convocado y presidido por el ministro de Educación. Tras un resumen por parte de Wert de las principales líneas de la reforma educativa, los representantes de la Universidad de La Coruña y de la Pablo de Olavide (Sevilla) tomaron la palabra y encendieron los ánimos.

Después de calificar las medidas adoptadas por el Gobierno de «franquistas» y «fascistas», llegaron incluso a comparar al ministro con «Hitler» o «Mussolini». Los insultos al ministro han costado caro a algunos estudiantes. Recientemente un juzgado de Santander impuso dos multas de 60 y 90 euros por una falta contra el orden público a cinco acusados de insultar a Wert durante su estancia el pasado mes de julio en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

La sentencia, dictada por el Juzgado de Instrucción número 5 de Santander, considera probado que el día 4 de julio, estando el ministro en el recinto del Palacio de la Magdalena de la capital cántabra, en la inauguración de los cursos de la UIMP, cuatro de los acusados se dirigieron a Wert y el quinto, al consejero de Educación de Cantabria, con expresiones como «hijo de puta, ladrón, chorizo» y otras semejantes, informa Ep. Los hechos fueron presenciados por dos policías nacionales, que identificaron y denunciaron a los acusados: dos estudiantes, un parado, una viuda con un hijo a su cargo y un miembro de la Plataforma en Defensa de la Enseñanza Pública.

El ministro de Educación no se libra tampoco de los insultos en las manifestaciones. En la segunda «jornada de lucha» los estudiantes le llamaron «fascista» y «terrorista». «No merece la pena hablar de él porque está muerto», decía uno de sus más «fervientes admiradores», el líder del sindicato de estudiantes, Tohil Delgado, en unas de las muchas declaraciones que le ha dedicado.

El panorama parece presentarse más tranquilo para el día de hoy con las comunidades autónomas, con las que está prevista una reunión que empezará a partir de las 16:00 hs. De momento, está previsto que acuda la consejera catalana de Educación, Irene Rigau, que después de plantar al ministro en la última sectorial. No obstante, el ministro espera alcanzar el mayor consenso posible, ya que esta será la última reunión con las autonomías antes de remitir el texto legal al Consejo de Ministros. «Nuestra esperanza, nuestro deseo y nuestro compromiso es que de este diálogo salga el acuerdo más amplio de las comunidades autónomas sobre este proceso», dijo confiado Wert antes en el Senado.

El ministro más ultrajado: «chorizo», «fascista»... «Me cago en tu puta madre»

José Ignacio Wert no es un ministro que deje indiferente a nadie. Lo mismo recibe apoyos incondicionales que suscita las reacciones más encontradas hacia su persona y hacia su gestión. Una de las críticas más agrias fue la del actor Pablo Carbonel, que en su Twitter escribió: «Mañana tengo que subir el telón de ¡Sin paga nadie paga! y el 21% para el Gobierno. Voy a decírselo claro a Wert: me cago en tu puta madre»...«usted es un hijo de puta...Que descanse, cabrón». Un día después de desbarrar contra el ministro, pidió disculpas por su lenguaje soez.

Tampoco se libra en el Congreso de los Diputados de las soflamas insultantes del nacionalismo contra el proyecto de reforma educativa que se está negociando con el sector educativo. Izquierda Plural y ERC han llegado a llamarle «talibán y terrorista social», incluso han llegado a asegurar que «se acuesta con los obispos». No hay manifestación contra la reforma educativa en la que el ministro no tenga que escuchar uno de los insultos ya más manidos, como el de «fascista». Incluso le han llegado a comparar con Hitler, Franco y Mussolini. La situación ha llegado hasta tal punto que unos estudiantes han sido condenados a pagar 90 euros por llamarle «chorizo».