
España
Universidades con mayor control y especialización
Wert presenta la reforma de la enseñanza superior. Educación presentará hoy a las autonomías un real decreto para que creen un mecanismo de control y supervisión que garantice la calidad de los centros

Evitar el desmadre actual. Con esta frase se podría resumir el borrador de Real Decreto de Creación de Universidades y Centros Universitarios al que ha tenido acceso LA RAZÓN. Entre las diferentes novedades que incluye este documento, sujeto aún a posibles cambios, destaca «la creación del nuevo marco de supervisión y control». Este mecanismo «permitirá a las administraciones competentes velar por la calidad de los nuevos centros», tal y como precisa el texto. De este modo, el Ministerio de Educación instará a las comunidades autónomas, que son las que tienen la competencia en este área, a que pongan en marcha un marco de control y evaluación; un mecanismo que aunque no tenga fecha ha de estar creado antes de que una autonomía vaya a autorizar una nuevo centro universitario en su región.
Esta medida permitirá que cuando se vaya a abrir una nueva universidad o centro universitario no baste con decir de qué recursos económicos y técnicos se dispone o que se van a crear siete laboratorios, sino que a partir de la aprobación de este borrador la autonomía que vaya a dar luz verde a un nuevo centro tendrá que realizar un análisis de control y supervisión para evitar, por ejemplo, que una universidad diga que va a tener siete laboratorios, pero en ellos sólo haya unos alicates o que los cuerpos estén amontonados tal y como se denunció hace unos meses en la Prensa. En definitiva, que las comunidades autónomas ejerzan un control en el tiempo de lo que pasa en las universidades tal y como, por lógica, debería ser al ser de su competencia.
Los expertos, a favor
«Aunque no estoy a favor de poner controles sobre controles, no me parece mal que se evalúen las universidades y los centros en España porque hay un desmadre importante, si no no se iría el dinero como se va para cosas a las que no deberían destinarse», afirma Ramón Tamames, catedrático de Economía Aplicada y cátedra Jean Monnet.
Opinión que coincide con la de otros expertos como Santiago Ortigosa, profesor titular de Educación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM): «Este mecanismo de control es necesario en España, donde puede haber cierto desmadre en algunos casos concretos en determinadas facultades».
«Y es necesario –prosigue Ortigosa– por dos motivos. Primero, para que se garantice que eso no es una academia, sino una universidad, con los niveles de calidad que ha de tener. En una Facultad de Medicina, por ejemplo, los laboratorios son esenciales y resulta clave que exista un control de las dotaciones y de lo que se está haciendo para evitar que se produzcan ''experimentos con gaseosa''. Y segundo, porque es necesario que alguien inspeccione la calidad antes, pero también durante, aunque de forma bien entendida, no estalinista».
«Esto permitirá que no se abandone a la libertad las universidades con el fin de evitar que fracasen y se hundan; eso es demasiado incluso para los norteamericanos. Por lo que me parece una buena medida que se vaya a aprobar un mecanismo de control y supervisión», añade.
Otras novedades
Este nuevo marco persigue mejorar la calidad, algo clave y que España no consigue alcanzar cambio tras cambio educativo. Y ése mismo objetivo es el que se intenta lograr con el resto de novedades que incluye este borrador, como la especialización de los campus, tal y como ya ha sido publicado en la Prensa. En concreto, esta medida, tanto para centros públicos como privados, mantiene la obligación de tener un mínimo de ocho titulaciones, pero se facilita la especialización de los campus al no establecer un mínimo de ramas de conocimiento como sí se exigía hasta ahora.
Dicho de otro modo, se podrá abrir una nueva universidad con ocho titulaciones pero que estos grados sean de una o dos ramas, por ejemplo. Así, no sólo el centro podrá ofrecer los mejores profesionales de un área, sino que las instalaciones sean a su vez las más adecuadas, ya que una universidad que se especialice en títulos que requieran por ejemplo tener cierto tipo de laboratorios a priori resulta más fácil que éstos estén mejor equipados que en una facultad en la que se den titulaciones de todas las ramas.
Asimismo, también se regula la acreditación institucional, «que complementa el modelo actual de modo que aquellos centros que acrediten unos niveles de calidad excelentes, al recibir la acreditación como Centro, podrán durante el periodo en que dicha acreditación esté en vigor (cinco años, y cuando ese plazo culmine puede ser renovado), acreditar todos sus títulos sin necesidad de un proceso individualizado», tal y como especifica el borrador. Esta novedad persigue mejorar la eficiencia, ya que supone el desarrollo y puesta en marcha de fórmulas complementarias del modelo actual y alienadas con las exigencias del Espacio Europeo de Educación Superior y con la tendencia en otros sistemas de educación superior europeos, que incluye una dimensión institucional en el proceso de acreditación.
Por último, también se persigue incrementar la internacionalización y competitividad de la Universidad española, con el fin de hacerla más atractiva de cara al exterior.
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