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El cuerpo estaba lastrado con ladrillos y sus hombros atados

La Guardia Civil explicó ayer que «El Chicle» es el principal sospechoso desde noviembre de 2016, pero un año después ya no había duda de que era el asesino de la joven. Iban a detenerle el 15 de enero, pero una filtración lo precipitó

Un furgón de los servicios funerarios traslada el cadáver de Diana Quer encontrado en una nave industrial abandonada de Rianxo
Un furgón de los servicios funerarios traslada el cadáver de Diana Quer encontrado en una nave industrial abandonada de Rianxolarazon

La Guardia Civil explicó ayer que «El Chicle» es el principal sospechoso desde noviembre de 2016, pero un año después ya no había duda de que era el asesino de la joven. Iban a detenerle el 15 de enero, pero una filtración lo precipitó.

El laboratorio de criminalística confirmó ayer que el ADN del cadáver hallado en Rianxo corresponde con el de Diana Quer. El cuerpo sin vida fue hallado lastrado con unos ladrillos y atado de cintura y hombros con dos cuerdas, tal y como informó ayer la Guardia Civil en la rueda de prensa en la Delegación de Gobierno de La Coruña. La Benemérita también recuperó en la zona «el bolso de la joven y una brida plástica que pudo ser usada para atarle las manos o para estrangularla. Eso lo revelará la autopsia», afirmó el coronel de la UCO Manuel Sánchez Corbi.

Sin querer entrar en más detalles por respeto a la familia y a la espera de que en cuestión de semanas esté la autopsia definitiva, los agentes hicieron hincapié en que no todo lo publicado sobre el caso ha sido cierto. ¿Qué es lo que ocurrió realmente?

16 minutos con el teléfono móvil operativo

Después de que el pasado 22 de agosto de 2016 la madre de Diana, Diana López-Pinel, presentase una denuncia por la desaparición de su hija de 18 años, a las 12 de la mañana de ese mismo día se pensó que podía tratarse de un secuestro. No cuadraba que la joven madrileña no hubiera vuelto a casa tras las fiestas de A Pobra do Caramiñal. Al analizar los datos de repetidores de telefonía móvil, la Guardia Civil sabe que el móvil de Diana ha salido de la localidad y que ha sido en un vehículo por la velocidad a la que su móvil cambiaba de repetidor. Tienen 16 minutos de móvil operativo: entre las 02:42 y las 02:58 horas del 22 de agosto.

Hipótesis: ¿Fueron dos?

Una vez que tanto la familia como los amigos de Diana y sus conocidos de redes sociales fueron descartados como sospechosos, tras realizar cientos de entrevistas, la Guardia Civil tenía claro que quien la había secuestrado no era un conocido. Ahora bien, «entonces la principal hipótesis que teníamos es que podían haber sido varios individuos», afirmó el coronel Sánchez Corbis. Es entonces cuando la Guardia Civil vuelve sobre los feriantes sin descartar que se tratase de otra persona. Tras analizar con imágenes aéreas de drones donde estaban y donde dormían sacaron una clave importante: un feriante les dijo que escuchó una discusión de pareja, se la habían llevado obligada. Se pusieron a buscar un vehículo que hubiera hecho el mismo recorrido que el móvil de Diana. Analizaron para ello 40 cámaras presentes en autovía y pueblos. «Pero de ahí sólo sacamos bolas de luz», afirma el coronel.

Tres vehículos bajo sospecha

Es entonces cuando hubo un importante hallazgo. El 27 de octubre un mariscador halló el teléfono de la joven en la ría. «Para nosotros eso significaba que había sido un secuestro y que el que lo hizo tiró el móvil. En cierta forma se trataba de un profesional». Pero después de dos meses en agua salada, el dispositivo podría no funcionar. Criminalística logra limpiar el teléfono, pero para su cribado se contrataron los servicios de una empresa extranjera. Algo que resultó clave. La Guardia Civil sabía que a las 02:58 horas el vehículo que se lleva a Diana está en el puente. Identifican a tres posibles coches. Uno que rápidamente descartan, un vehículo con remolque que se investigó y un tercero: el Alfa Romeo que utilizó José Enrique Abuín Gey, alias «El Chicle». Algo que no cuadra, este vehículo y el móvil de Diana salen desde diferentes puntos de A Pobra a tenor de los repetidores. Algo que después entenderán.

El error de «El Chicle»

«En noviembre de 2016 ‘‘El Chicle’’ era ya el principal sospechoso». Pero, ¿lo hizo solo? Esa cuestión no estaba aún resuelta. Tras hacerle un seguimiento exhaustivo, «El Chicle» se huele algo. «Es un profesional de la delincuencia –y los hechos ocurrieron– en un terreno que él domina. ‘‘El Chicle’’ se mosquea y cree que pueden estar siguiéndole». Es entonces, cuando el 24 de noviembre llama a un agente de la Guardia Civil que conoció cuando desapareció la joven. «Oye, creo que me están siguiendo, ¿tú sabes por qué? Él cometió un fallo, porque le dijo que estuvo con su pareja en las fiestas de A Pobra. Ahí mete la pata». El 30 de noviembre la Guardia Civil le cita y a su mujer también para declarar. «Él se equivoca y nos dice que ese día fue a robar a una gasolinera y no que estuvo en A Pobra, algo que también avalan sus cuñados. Su mujer dice que le acompaña, pero el móvil de ella no se movió de casa».

Tras pedirle su teléfono móvil, deja primero uno que no es el que están buscando y luego deja el suyo totalmente reseteado. «El Chicle» también les permite analizar sus vehículos. «No encontramos ningún vestigio». Normal, «El Chicle» quería sortear la investigación, pero para los agentes ya es el principal sospechoso o el único. Las conversaciones que le grabaron con su mujer en el vehículo tampoco cuadran. «Son enlatadas, se nota que están preparadas». Es entonces cuando el caso sufre un revés. El 19 de abril el juez instructor archiva el caso. La Guardia Civil sabía ya en ese momento quién era, pero faltaba hilar más fino. Meses después, en julio, logran desbloquear el móvil de Diana, lo que da a los agentes los puntos exactos de dónde estuvo durante esos 16 minutos.

Cerrar coincidencias

Se acerca el aniversario de la desaparición, una fecha importante: 22 de agosto. La Guardia Civil regresa a las fiestas de A Pobra y recrea lo que pudo haber pasado un año antes. Es en ese momento cuando la Guardia Civil encuentra la explicación a que el móvil de Diana y el del Alfa Romeo no tuvieron señal del mismo repetidor. El problema era que al haber tal saturación de móviles estos daban señal al repetidor no que estuviera más cerca sino al que pudiera dar servicio. «En noviembre de 2017 ya no tenemos ninguna duda de que ‘‘El Chicle’’ se llevó a Diana». Pero aún faltaba encontrar el cuerpo. «Sabíamos que el punto débil en este caso eran los que le habían dado coartada: su esposa y sus cuñados».

Hicieron un trabajo muy riguroso, tuvieron que analizar más de dos millones de datos de repetidores de teléfonos: «Si las compañías no hubieran guardado los datos, el caso no se habría resuelto».

La investigación continuaba, quedaban aún hilos por atar para que no hubiera posibilidad de error, pero el pasado 25 de diciembre se precipita todo. Una mujer llama a la Guardia Civil denunciando que un tío le ha intentado secuestrar. La joven explica que el sospechoso «le dijo que le diera el móvil, y ella se negó y le ofreció 20 euros. ‘‘El Chicle’’, al ver que se resiste, le dice: ‘‘¡ah tú no eres Carla!’’. Perdona era una broma. En ese momento ella se fija en la matrícula del vehículo». Él, al darse cuenta de que le podía reconocer, «le pone un cuchillo en el cuello y la mete en el maletero. Ella se salva porque consigue no meter la pierna derecha. Y es que ‘‘El Chicle’’ estaba de baja por un problema en el hombro derecho». Es entonces cuando ella grita y dos jóvenes van a socorrerla.

Ella, sin darse cuenta, tiene una grabación de lo ocurrido. «La mujer al acercar el móvil a su pecho graba una conversación de WhatsApp que recibe otra persona». No sólo tiene su voz., también sabe cómo actúa. Además, la chica retiene los dos primeros números de la matrícula: 99, la letra D y que se trata de un Alfa Romeo. No hay duda, es el coche de Abuín.

En ese momento la Guardia Civil tiene que decidir qué hace, si le detienen por este caso, por este y el de Diana o si el de Diana no lo mencionan para terminar al ritmo que estaban trabajando. «Lo que sucedió el pasado 25 no fue una suerte para el caso de Diana como algún medio ha dicho, sino un problema, porque lo que íbamos a terminar en diez días se hizo en dos o tres», explica el coronel de la Comandancia de La Coruña Francisco Javier Jambrina Rodríguez. Pero el viernes, «tras una grave filtración a la Prensa, nos vemos obligados a precipitar las detenciones de él y su mujer».

La detención:

El 15 de enero

Según explicaron a este periódico fuentes próximas a la investigación, «íbamos a detenerlo si no hubiera ocurrido todo esto a partir del 15 de enero, una detención judicializada, porque estaba todo muy avanzado».

Convenció a su familia para que le encubrieran

La mujer de «El Chicle», a la que se investiga no por lo ocurrido el 25 sino por el caso de Diana, que ya había declarado que iba con él la noche que desapareció, cambia de versión. Reconoce que su marido «le dijo a ella y a sus cuñados que le cubrieran con una explicación rocambolesca», que la Guardia Civil le tenía en el punto de mira por este caso aprovechando que estaba fichado por un tema de drogas, pero que él no tenía nada que ver. Algo clave, ya que cabe recordar que Abuín en esta ocasión les dijo a los agentes que Diana murió de forma accidental, la había atropellado.

A una pregunta de este periódico, la Guardia Civil explica que en ningún momento «El Chicle» les da esta misma excusa a sus familiares para que le encubran, por lo que aunque la autopsia definitiva determinará cómo murió Diana Quer, lo cierto es que el hipotético caso de que el atropello hubiera sido real, él se lo hubiera dicho a sus familiares, no tendría que haberse inventado otra cosa.

El interrogatorio prosigue. «El Chicle», al verse solo, sin el respaldo de su mujer, se viene abajo. Es entonces cuando les dice dónde dejó el cadáver, no sin antes volver a mentir. «Primero nos dijo que la dejó en un descampado, luego en el Puerto de Carabaña. De madrugada, amplía su declaración y les dice dónde la arrojó». No es en un pozo, sino «un depósito de agua potable, para elaborar gaseosa, de unos 10 metros. Una vez allí, los GEAS metieron primero una cámara submarina en el aljive de agua potable limpia y sin fauna, lo que ha permitido que el cuerpo se conserve bien. El cadáver estaba lastrado con unos ladrillos. Atado en la cintura y hombros con dos cuerdas». Aún así, los agentes se muestran prudentes sobre la hipótesis de su muerte. «Los cadáveres hablan, la autopsia definitiva revelará si un atropello es o no compatible con su muerte», concluye el coronel de la UCO.