Educación
El problema: la falta de identificación
«El principal problema al que se enfrentan es la falta de identificación. El 95% de los niños superdotados no está identificado como tal, lo que da lugar a situaciones de fracaso escolar, acoso, que algunos se les diagnostique con TDH erróneamente», explica Carmen Sanz Chacón, directora de «Mundo Superdotado». Pero, ¿cómo identificarlos? Según Sanz, «es difícil, pero los padres pueden ver si su hijo es más maduro de lo normal, si utiliza un lenguaje más desarrollado, si prefiere jugar con niños más mayores que él... Todas estas son pistas». El precio de saber si es superdotado cuesta en torno a 400 euros. Una vez sabido que el menor posee altas capaciades, «lo ideal es que fueran a un colegio especial, pero en España no los hay ya. De modo que lo que recomendamos a los padres es que comuniquen su situación al centro escolar y que pidan aceleración del curso, de modo que el menor pase por lo menos dos cursos –la ley permite tres–, no a la vez, sino de forma consecutiva. Otra opción es que le adelanten en algunas asignaturas». Una medida que no es fácil, y que ha llevado a varias varias familias a no lograrlo, pues «en España cuesta un poco más por la burocracia o, desde el centro, le sugieren a los padres que se lo lleven a otro. Lo más problemático es que si no se hace nada, lo más frecuente es que se den casos de fracaso escolar; estos niños son más maduros que los de su edad. De hecho, tienen menos problemas con niños mayores». Carmen sabe bien de lo que habla porque cuando tenía nueve años le subieron de curso. «A los 16 entré en la universidad. Me aburría con las niñas de mi edad, de hecho yo era amiga de las hermanas mayores de mis compañeras», concluye.
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