Sociedad

Embargado cada euro de la Lotería de Navidad de Nadia

La Fiscalía y los Mossos custodian parte del dinero de los décimos vendidos como participaciones y que iban destinados a la niña.

Fernando Blanco, junto a Nadia Nerea, de 11 años, en una de las fotos que compartía en las redes sociales este verano
Fernando Blanco, junto a Nadia Nerea, de 11 años, en una de las fotos que compartía en las redes sociales este veranolarazon

La Fiscalía y los Mossos custodian parte del dinero de los décimos vendidos como participaciones y que iban destinados a la niña.

«Con tu aportación conseguimos más tiempo para Nadia... GRACIAS!!!! NUMERO 73.988. Papeletas de cinco euros, donativo de un euro. Buscamos personas y establecimientos para ayudarnos a la venta, mandaríamos talonarios. Gracias de nuevo por vuestra ayuda y apoyo». Así rezaba el mensaje colgado el pasado 18 de octubre por Fernando Blanco en la página de Facebook Asociación Nadia Nerea para la Tricotiodistrofia y Enfermedades Raras. Todo aquel que quisiera, podía adquirir una participación de ese número para el próximo 22 de diciembre a beneficio de su hija y el tratamiento que necesitaba imperiosamente para seguir con vida. Las reacciones en las redes sociales fueron entusiastas. «¿Me podrías mandar para enviar al bar de mi madre?», le preguntaba una usuaria. «Yo quiero para venderlas en mi bar. Te doy mi dirección y me las envías», le decía otro. «Creo que mi colegio también participaría», contestaba al post otro padre conmovido por la historia de Nadia. Nada les hacía sospechar a estos desinteresados ciudadanos lo que se iba a avecinar menos de dos meses después: una enfermedad no tan mortal como se decía en un principio, una historia excesivamente adornada con detalles falsos, recaudaciones de unos 300.000 euros en donativos y unos padres, Fernando Blanco y Marga Grau, sobre los que ha recaído la sospecha del fraude.

Las participaciones del 73.988 costaban cinco euros, de los cuales uno iba destinado a la pequeña. Fuentes cercanas al caso informaron a LA RAZÓN de que ese euro por cada papeleta vendida está ya custodiado por la Fiscalía y los Mossos d’Esquadra, dentro del marco de la investigación. Sobre la recaudación incautada, las citadas fuentes no especificaron la cantidad, aunque sí afirman que se recaudaron pocos fondos. No en vano, estas participaciones, eran vendidas por un comercio local que colaboraba desinteresadamente con la causa de Nadia y otros proyectos solidarios que surgian en la comarca del Alt Urgell. Era el segundo sorteo en el que se vendieron participaciones en beneficio para la familia, después del Sorteo del Niño celebrado el pasado 6 de enero. Con todo, las autoridades no han preguntado por la recaudación de aquella lotería. Además, y según ha podido saber este diario, las papeletas continúan siendo válidas, por lo que, de tocar el Gordo navideño, todos aquellos que adquirieron la participación podrán cobrar su premio sin problemas.

Antes, en 2013, Fernando Blanco ya detalló en su blog cómo adquirir participaciones del número 66.144 para el Gordo de aquel año. En aquel entonces, los décimos estaban a la venta por 23 euros, de los cuales tres «van destinados a la investigación contra la tricotiodistrofia». Como en todos los sitios webs, blogs y redes sociales donde la familia pedía ayuda, Blanco detallaba su número de cuenta y las instrucciones para realizar el pago.

Pero las loterías eran sólo una más de las numerosas formas de recaudar fondos para la pequeña. La familia también había abierto un grupo Teaming dedicado a Nadia. Se trata de una fórmula gratuita para el interesado, por la cual se abre un grupo dedicado a una causa social, se difunde a través de redes sociales y todos aquellos interesados pueden unirse a dicha causa y donar un euro al mes. Después, la persona que abrió el grupo puede fácilmente transferir los fondos acumulados a la cuenta corriente de su causa social.

Entre los decepcionados por el padre de la pequeña se encuentran los jóvenes promotores de la ONG Pirineus Creatius. Tras conocer la historia de la niña Nadia en el programa El Foraster de TV3, emitido el pasado marzo, no se lo pensaron dos veces. Querían aportar su grano de arena y ayudar a los vecinos de la localidad de Organyà (Lleida) para conseguir los 120.000 euros que, según Fernando Blanco, eran necesarios para operar a la pequeña de su extraña enfermedad.

Concertaron una cita con él y con otros jóvenes del pueblo implicados en la iniciativa. «A todos se nos caían las lágrimas cuando contó la historia de su hija, nos tocó el alma», admiten desde la ONG. No obstante, reconocen ciertas rarezas en el comportamiento de Fernando, sobre todo cuando les invitó a comprobar la veracidad de su relato en un montón de informes y papeles que trajo consigo a la reunión. «¿Quién iba a hacer eso? ¿Quién podría cuestionar una historia así?», se preguntan ahora consternados. En su relato, Fernando no ocultaba las estrecheces económicas que sufrían y todo el dinero gastado en el tratamiento de Nadia, «en torno a un millón de euros».

«Insistía mucho en que tanto él como su mujer estaban muy bien posicionados económicamente, pero que tuvieron que vender todo tras la enfermedad de su hija y que por eso ahora no les quedaba más remedio que pedir ayuda», revelan fuentes cercanas a la familia a este diario. Ahora, le toca a la Justicia determinar si estamos ante un cúmulo de errores –y, sobre todo, torpezas– o ante una estafa cuidadosamente diseñada desde un principio.

«Su bienestar, nuestro trabajo»

El sentimiento de decepción se ha extendido en Organyà, un pueblo de apenas 800 habitantes tan implicado con el caso de Nadia Nerea que incluso tenían un grupo de Whatsapp para brindarle toda la ayuda que tanto ella como su familia pudiesen necesitar. «Para los vecinos, la búsqueda del bienestar de la niña es como un trabajo fijo, su nivel de implicación es tremendo», aseguran los vecinos del pueblo. Así, las explicaciones de Fernando Blanco no han podido evitar que Organyà siga en «shock». Con todo, y pese a haber sido presuntamente estafados, muchos vecinos continúan albergando la esperanza de que todo se deba a un error. Y es que no pueden creerse que Blanco urdiera una elaborada trama para aprovecharse de la enfermedad de su hija.