Desastre meteorológico
En Varadero, Irma no arruina las vacaciones a miles de turistas
Aunque sigue activa la fase de alarma ciclónica en la provincia de Matanzas, donde está ubicado el polo de sol y playa más importante de la isla, los veraneantes bailan con «Despacito», se atreven a bañarse en las piscinas y casi todos beben una cerveza tras otra, para «curar el miedo»
Aunque sigue activa la fase de alarma ciclónica en la provincia de Matanzas, donde está ubicado el polo de sol y playa más importante de la isla, los veraneantes bailan con «Despacito», se atreven a bañarse en las piscinas y casi todos beben una cerveza tras otra, para «curar el miedo».
Ni los fuertes vientos, ni los daños causados por el intenso huracán Irma la noche anterior en Varadero han estropeado el humor de miles de turistas extranjeros, que no han detenido sus vacaciones en la playa más famosa de Cuba, que busca conservar su atractivo pese a los desperfectos.
Aunque sigue activa la fase de alarma ciclónica en la provincia de Matanzas, donde está ubicado el polo de sol y playa más importante de la isla, los veraneantes bailan con "Despacito", se atreven a bañarse en las piscinas y casi todos beben una cerveza tras otra, para "curar el miedo".
"Pasamos mucho, mucho miedo", contó a Efe Maxine, una inglesa de Leeds que se autotitula "veterana en huracanes"porque estuvo de vacaciones en la isla durante el azote del ciclón Isaac en 2012, pero "nada como Irma".
"Todos los ingleses nos unimos con los cubanos para ayudar a limpiar la zona de la piscina. Los hombres levantaron las ramas y que así todo quedara limpio", explicó esta turista, que fue evacuada junto a un grupo de más de una decena de amigos en el hotel Arenas Blancas, operado por la cadena española Barceló en Varadero.
Para la madrileña Almudena, la experiencia de Irma es algo que "nunca se va a olvidar"porque "fue mucho el miedo y la sorpresa", y es que nunca estuvo en sus planes vivir un huracán como plato fuerte de sus vacaciones.
"La verdad es que asusta porque es mucho el ruido, el viento huracanado, pero el hotel avisa y da buenos consejos y lo hace todo por tu bien", declaró Almudena, que ya ha aprendido que el lugar más seguro en esos casos es el baño de la habitación porque no tiene ventanas.
Según la joven, lo que más la asustó fue el agua que entró a la habitación porque pensó que "hasta podían ahogarse", pero al final corrieron mejor suerte que sus compañeros, a los que le cayó encima un trozo de techo y se les rompió un espejo".
"Lo importante es que estamos vivos y bien", señaló agradecida.
Para Miguel, de Sevilla, ha sido toda una experiencia ver los "muchísimos destrozos"del hotel, donde se han caído paredes, se ha roto la cristalera del recibidor, pero a nadie le ha ocurrido nada grave.
Mientras, Dayana, una madre boliviana de vacacÑones con sus dos hijos pequeños, confesó que "durmieron seguros porque se protegieron y cumplieron al pie de la letra lo que orientaron las autoridades del hotel".
"Ahora estamos tratando de disfrutar y seguir las vacaciones", insistió resignada.
Casi 18.000 personas pasaron la noche del sábado alojadas en Varadero al paso de Irma, que azotó la provincia con vientos de más de 90 kilómetros por hora y causó daños principalmente en "estructuras débiles como cristales y falsos techos", aclaró la delegada de Turismo en Matanzas, Ibis Fernández.
La directiva declaró a Efe que Irma no lastrará resultados del sector -segunda fuente de ingresos del país- en 2017, cuando Cuba esperaba superar el récord de 4,5 millones de visitantes extranjeros, un logro que puede verse empañado por la devastación que Irma ha dejado en los hoteles de la cayería norte.
"Irma no pudo, ni podrá con nosotros, en gran parte gracias a que nos preparamos muy bien para su paso. Ya estamos haciendo un levantamiento de los daños para tomar medidas y recuperarnos", afirmó.
EFE
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