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Laura fue asesinada de un fuerte golpe en la cabeza dos días después de su rapto
La Guardia Civil detiene al hermano gemelo del vecino de la profesora. El arrestado fue excarcelado en octubre tras cumplir un condena de veinte años por el asesinato de una mujer en 1995
La joven profesora zamorana Laura Luelmo murió de un fuerte golpe en la frente, según ha revelado la autopsia practicada hoy al cuerpo.
Laura Luelmo murió de un golpe en la frente a los dos o tres días de su desaparición. Así se desprende del informe preliminar de la autopsia practicada al cuerpo de la profesora zamorana de tan solo 26 años. La chica presentaba un fuerte traumatismo encefálico, según Efe, y también signos de violencia en el cuello, que le dejaron hematomas previos al fallecimiento. Laura, según el examen forense, trató de defenderse antes de ser asesinada y podría haber restos de ADN de su agresor en estas heridas de defensa. También se encontraba maniatada por la espalda, según fuentes de la investigación.
El cadáver de Laura, que fue encontrado por un voluntario de la Cruz Roja en un camino cerca de la N-435, estaba semi escondido entre jaras altas y había ropa a 200 metros del lugar, posiblemente de arrastrar el cuerpo. Aún falta por determinar dónde fue asesinada la joven.
Los forenses también han estudiado una posible agresión sexual y se habrían tomado muestras de ADN en este sentido, que serían cotejadas con el ADN del principal sospechoso y vecino de la víctima, Bernardo Montoya. El dato quizás más llamativo de la autopsia es el hecho de que el forense haya aproximado el fallecimiento de la joven entre los días 14 o 15 de diciembre, esto es el pasado viernes y sábado; es decir, dos o tres días después de que desapareciera. La investigación, capitaneada por la UCO de la Guardia Civil, deberá determinar ahora dónde estuvo Laura esos días. Sería clave que el detenido declare ante los agentes y colabore con la investigación. También podría explicar cómo apareció en ese camino el cuerpo de la joven, hasta donde ella no pudo llegar corriendo, y cómo una antena situada a 9 km al norte, cerca de Jabugo, dio cobertura al móvil de la zamorana a eso de las 20:00 horas del miércoles. Cabe la posibilidad de que él lo hubiera tirado allí, tras obligarla a entregárselo, ya que ahora hemos conocido que a esas horas Laura aún estaba viva.
El cadáver de Laura seguía anoche en el Instituto Anatómico Forense de Huelva porque era necesario practicarle algunas pruebas complementarias. La familia está a la espera de que todas ellas terminen para poder trasladar el cuerpo de la joven hasta su localidad natal en Zamora y poder darle sepultura. Desde un principio han pedido respeto y privacidad ante la dureza de la situación que están viviendo.
Desde el primer momento, los investigadores fijaron sus sospechas en Bernardo Montoya por los antecedentes que tenía. La sola presencia de los agentes de la Guardia Civil en el pueblo provocó que su comportamiento cambiara conforme pasaban las horas hasta llegar en la noche del lunes y la mañana de ayer martes «a un extremo nerviosismo». Sólo había que esperar a que diera un paso en falso, muy habitual en este tipo de criminales. Y así fue porque no tardó en «estallar» ante lo que para él era «una insoportable presencia» de los agentes de la Benemérita y por eso trató de huir incluso a pie.
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