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La autopsia confirma que Gabriel murió estrangulado el día de su desaparición
La presunta asesina del pequeño de 8 años había escondido el cuerpo en una finca de Rodalquilar y fue detenida cuando intentaba trasladarlo en su coche
El resultado preliminar de la autopsia de Gabriel Cruz, el niño de 8 años cuyo cadáver fue encontrado en el maletero de la novia de su padre, revela que el menor murió estrangulado el mismo día de su desaparición, tal y como ha adelantado hoy LA RAZÓN.
El resultado preliminar de la autopsia de Gabriel Cruz, el niño de 8 años cuyo cadáver fue encontrado en el maletero de la novia de su padre, revela que el menor murió estrangulado el mismo día de su desaparición, tal y como ha adelantado hoy LA RAZÓN. Al parecer, cuando fue encontrado, el pequeño estaba desnudo, cubierto de lodo y tapado con una manta, según ha informado Antena3.
El cadáver de Gabriel ha sido trasladados al tanatorio de Almería desde el Instituto de Medicina Legal (IML) y posteriormente sus restos mortales irán a la Diputación de Almería, en cuyas dependencias se ha instalado la capilla ardiente que podrá ser visitada desde las 17:00 horas por todo aquel que lo desee.
Los hechos que han conducido al hallazgo del cadáver de Gabriel Cruz y a la detención de la novia del padre del niño, Ana Julia Quezada, como presunta implicada en su desaparición y muerte, se iniciaron el pasado fin de semana, cuando agentes especializados de la Guardia Civil llamaron a declarar a esta mujer a la Comandancia del Cuerpo en Almería.
Ana Julia estaba en el objetivo de los investigadores desde el pasado día 3, cuando de forma «casual» encontró una camiseta de Gabriel en una zona que ya había sido batida con anterioridad, incluso con perros, y que además estaba seca pese a que había llovido en el lugar, junto a una depuradora.
En la búsqueda participaban en ese momento unas mil personas y tuvo que ser precisamente ella la que encontrara la camiseta que, según todos los indicios, había sido depositada allí de forma intencionada.
Durante la toma de declaración en la Comandancia de Almería, la mujer se mostraba visiblemente nerviosa e incómoda, por lo que los agentes le formularon unas preguntas (de momento no se quiere revelar cuál fue el cebo) que, según la experiencia acumulada, conducirían a que, si estaba relacionada con la desaparición, daría una serie de pasos, y, en caso contrario, se mantendría tranquila.
A partir de ese momento, fue montado un operativo de vigilancia que incluía todos sus movimientos y comunicaciones: lo que se sospechaba se confirmó a primeras horas de la mañana de ayer.
Ana Julia, que reside en Vícar, a 60 kilómetros de Las Hortichuelas, de donde desapareció Gabriel, emprendió a primera hora de la mañana camino en un vehículo hacia la zona de Las Negras y Rodalquilar, enclaves muy cercanos a Las Hortichuelas.
Entró en una finca, que ayer permanecía precintada, de Rodalquilar, y debió permanecer algún tiempo, probablemente para observar si estaba siendo vigilada. A media mañana, los guardias civiles que la seguían pudieron observar y, al parecer, grabar, cómo Ana Julia extraía de una especie de estanque o pilón un bulto que, por su tamaño, podía corresponder con el de un niño y, tras envolverlo en una manta, lo metía en el maletero del automóvil.
La Benemérita tenía conocimiento de que esta mujer poseía en Vícar propiedades, en las que esconder de nuevo el cadáver del niño. Se la siguió hasta la población y allí, en un operativo en el que participaron hasta seis vehículos del Cuerpo, procedieron a interceptarla en la calle Horacio de la Puebla número 27, antes de que entrara en el garaje de un inmueble.
Un agente abrió el portón trasero del coche de Ana Julia y tras anunciar «afirmativo» (que el cadáver estaba allí) lo cerró rápidamente para evitar la mirada de los curiosos e incluso que pudiera ser fotografiado. Según algunas versiones, habría gritado que era inocente, que esa mañana no había movido el coche y que ella no había cometido el crimen. Un agente le mandó que guardara silencio. Inmediatamente, fue esposada y trasladada a dependencias de la Comandancia de Almería. Testigos presenciales afirmaron que los agentes no pudieron reprimir la emoción ante la resolución de un crimen tan terrible.
Según una información difundida ayer por Efe, el día de la desaparición de Gabriel, la familia comió en Las Hortichuelas y sobre las tres y media de la tarde, cuando sólo quedaban en la casa el niño, su abuela y Ana Julia, éste dijo que volvía a casa de sus primos para jugar con ellos. Afirman que la abuela salió a tirar unos desperdicios, que Ana Julia también fue al exterior de la casa y estuvo hablando por el móvil y que poco después se fue en su coche precisamente a la localidad de Rodalquilar.
La impresión de los investigadores, siempre con la presunción de inocencia, es que Ana Julia pudo acabar con la vida del niño el mismo día de su desaparición. De hecho, algunos vecinos de Las Hortichuelas habían comentado que habían visto una furgoneta blanca (que podría corresponder con el Kia Blanco ranchera en el que se ha visto a Ana Julia en algunas ocasiones), atravesar el pueblo en la hora en que desapareció Gabriel. También se comentaba ayer que dicho vehículo había sido grabado en la zona el día del secuestro. Es muy probable que Ana Julia se dirigiera directamente a Rodalquilar con el niño en el coche.
Al sentirse cercada por la Guardia Civil tomó la decisión de cambiar el cuerpo de sitio, la peor opción sin duda y que da muestras del extremo nerviosismo que tenía. El que el niño subiera al coche de Ana Julia sin problemas (llamaba la atención que no se hubiera escuchado un grito, nada) es normal, ya que iba con la novia de su padre. Gabriel, con sus ocho años, no pudo sospechar nada, mucho más si Ana le dijo que el que requería su presencia era su progenitor.
Una vez cometido el crimen, si es que ella es la culpable, se integró como una más en el dispositivo de búsqueda de Gabriel y cometió el fallo, con el fin de desviar la atención de los investigadores, de dejar la camiseta junta a la depuradora, en una zona ya batida y que además era una prenda que no llevaba el niño en el momento de su desaparición. Sobre el móvil, las fuentes consultadas subrayan que habrá que esperar a lo den de sí las investigaciones que ahora se inician; si Ana Julia (u otros implicados si los hubiera) aclara este extremo, pero puede tratarse de un asunto de celos, por el cariño que el padre tenía al niño; o para tratar de cortar cualquier lazo con su ex mujer.
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