
Animales
Estas son las señales para saber si tu perro vive sus últimos días
Varios detalles físicos y emocionales muestran que un perro se está despidiendo

Las mascotas no son simplemente un animal de compañía para los amantes de estos pequeños de cuatro patas, para muchos son una parte indispensable de la familia. Los animales de compañía aportan apoyo emocional y social, contribuyen a la creación y mantenimiento de rutinas, a un mayor nivel de bienestar y a una mejor salud en general. Tal y como se explica en el informe de la Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos, se probó el impacto positivo que suele conllevar para la salud física y mental de las personas tener una mascota, manifestado en forma de apoyo emocional y social, creación y mantenimiento de rutinas, mayor nivel de bienestar y mejor salud en general.
Sin embargo, esa compañía no es para siempre, ya que la vida de las mascotas es habitualmente mucho más corta que la de las personas. La longevidad de los perros varía según su raza, es común que los perros pequeños alcancen edades de 15 a 17 años. En el caso de los perros grandes, estos no suelen superar los 12 o 13 años de edad. Esta diferencia suele ser más exagerada en las razas de tamaño "gigante", como el Bullmastiff, Leonberger, San Bernardo y Dogo Alemán, que suelen tener una esperanza de vida más breve, usualmente entre 6 y 10 años. Por ello, también hay que estar preparado para cuando llegue el momento de separarse. Existen varias conductas, tanto físicas como emocionales que pueden indicar que un perro está en sus últimos días.

¿Cómo se despiden los perros antes de morir?
Un indicativo es que el animal no muestre interés por salir y no disfrute de estar al aire libre y de los paseos como tiempo atrás. Es un cambio silencioso y puede ser debido a que esté sintiendo que su cuerpo ya no le responde como antes. La letargia y la falta de respuesta son síntomas tan claros como dolorosos. Esto se refleja cuando el perro está acostado todo el día sin apenas energía para moverse y sin responder a nuestros gestos, palabras o caricias. Esto se da porque el sabueso ya no tiene energía para seguir su ritmo de vida habitual.
Los cambios en la alimentación también son una señal. Es habitual que un perro no quiera comer o beber en sus últimos días. También existe la situación contraria, en la que la mascota tiende a comer en exceso. La incontinencia urinaria o no respetar los lugares habituales para hacer sus necesidades también son una muestra. Otra conmuta que nos debe alertar es el de su temperatura corporal. Un perro suele estar entre los 38°C y los 39°C, si su temperatura está significativamente cambiada es que su cuerpo no funciona correctamente, al igual que si no respira correctamente.
La importancia de estar preparado
Nunca se está preparado para decir adiós a un ser querido, ya sea una persona o un animal. Cada ser humano tiene una forma diferente de recibir las pérdidas, que pueden ser más difíciles de asimilar en ciertos contextos. Por ello, es importante disfrutar cada momento en compañía de las mascotas. Estar con ellos en sus últimos momentos, devolviendo parte del amor recibido permitirá afrontar con mayor paz su partida. Echar la cabeza hacia atrás y recordar los buenos momentos compartidos pueden ser la vitamina ideal para superar un momento tan complicado.
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