Investigación

Un estudio advierte sobre los efectos "preocupantes" del consumo de bebidas energéticas en el sueño

Según los expertos, representan un riesgo para el desarrollo físico, emocional y académico de los jóvenes

Adolescente bebiendo bebida energética
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La Fundación del Sueño Mónica Duart (FSMD) ha revelado gracias a un estudio, datos "preocupantes" sobre el impacto del consumo habitual de bebidas energéticas (BE) en la calidad y cantidad del sueño en adolescentes. En dicho estudio se ha reportado que el 20% de los consumidores reportó síntomas como cefaleas o dificultades para conciliar el sueño.

La investigación, realizada por cuatro médicos del Hospital Universitario Doctor Peset, ha confirmado "una clara relación entre la ingesta de estas bebidas y alteraciones significativas en los patrones de descanso, lo que representa un riesgo para el desarrollo físico, emocional y académico de los jóvenes", ha informado la fundación en un comunicado.

La FSMD ha mostrado unos resultados que "evidencian" que los adolescentes que no consumen bebidas energéticas disfrutan de un sueño más prolongado y estable, mientras que sus compañeros consumidores sufren una reducción notable en la duración del sueño y una mayor variabilidad en sus ciclos de descanso.

Asimismo, han afirmado que esta diferencia se atribuye al impacto de la cafeína y otros ingredientes estimulantes presentes en estas bebidas, los cuales dificultan la conciliación y la calidad del sueño.

Entre los datos más destacados, el 70 por ciento de los consumidores de BE ha ingerido alcohol en alguna ocasión, frente al 30% del grupo de no consumidores. Además, el 60% de los consumidores considera que el impacto sobre la salud depende de la dosis, mientras que el 80% de los no consumidores percibe las BE como perjudiciales en general.

Estos resultados han sido obtenidos a través de un análisis comparativo entre adolescentes consumidores y no consumidores de bebidas energéticas, gracias a los cuales se ha comprobado que quienes las consumen habitualmente presentan "una reducción notable en la duración del sueño nocturno (7,44h frente a 8,13h), así como una mayor irregularidad en los horarios y una mayor actividad nocturna durante el descanso (15,72 vs 9,8)". Además, el 20% de los consumidores reportó síntomas como cefaleas o dificultades para conciliar el sueño.

La investigación también ha constatado que el 90% de los adolescentes consumidores ingiere estas bebidas por la tarde o noche, y que el 80% lo hace en contextos sociales, principalmente con amigos. En cuanto a los motivos de consumo, un 50% indicó haber empezado por curiosidad y el otro 50% por influencia del grupo social. El 80% lo hace por el sabor, y solo un 20% busca mejorar su rendimiento físico o cognitivo.

La Fundación ha insistido en la necesidad de tomar medidas concretas que protejan el bienestar de niños y adolescentes. En palabras de su presidenta, Mónica Duart, "el consumo de bebidas energéticas en la infancia y adolescencia ha pasado de ser una práctica ocasional a convertirse en una conducta habitual en muchos contextos escolares, deportivos y sociales".

En la misma línea, ha añadido que este estudio pone de relieve su impacto directo sobre el sueño, un factor "crítico" en el desarrollo neurológico y ha destacado que "es imprescindible fomentar hábitos de vida saludables, educar sobre los riesgos de estas sustancias y establecer políticas que limiten su venta y acceso a menores".

En este sentido, ha insistido en que "cualquier alteración en la calidad o cantidad de sueño puede derivar en consecuencias clínicas significativas, como un deterioro del rendimiento escolar, mayor incidencia de trastornos de conducta, déficit de atención e incluso un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas a largo plazo". Por último, ha subrayado que "el sueño es un pilar clave en el desarrollo del cerebro".

Desde la Fundación del Sueño Mónica Duart se ha alertado sobre la normalización del consumo de estas bebidas entre menores, muchas veces sin una conciencia clara de sus efectos. La presidenta, Mónica Duart, ha advertido que "la falta de una regulación eficaz permite que su acceso sea libre".

Respecto a esto, ha aseverado que la venta en supermercados, máquinas expendedoras e incluso centros escolares, unida a la intensa promoción en redes sociales y eventos deportivos, ha contribuido a la normalización de su consumo entre la juventud.