España
La amenaza constante
El 25 de marzo se celebra, por iniciativa fundamentalmente iberoamericana, el día de la vida humana. La celebración ha tenido desde siempre un carácter reivindicativo debido a las amenazas que se ciernen especialmente sobre los seres humanos por nacer. La extensión del aborto por la acción malthusiana de las agencias internacionales y de fundaciones radicales estadounidenses fue la primera amenaza que se percibió. Esta amenaza venía asociada a las campañas antinatalistas, muchas veces unida a fuertes violaciones de los derechos humanos, como la esterilización no voluntaria, ampliamente extendida en los países del Tercer Mundo. Hoy en día la celebración se refiere a toda la protección de la vida humana especialmente en sus fases más vulnerables. Ayer se realizaron movilizaciones en toda España, una nación donde debido a la agresividad radical y al desentenderse de los conservadores la vida humana en sus fases más vulnerables es agredida de forma muy destacada. Tres son las reivindicaciones inmediatas que el movimiento en favor de la vida presenta en estos momentos entre nosotros. La primera, es notorio, es la presentación del Proyecto de Ley que inicie el trámite para modificar la Ley antivida aprobada por el Gobierno radical y que ha convertido el aborto en un «medio de salud reproductiva». Es lógico preocuparse ante un retraso que prueba que las fuerzas «conservadoras de la última reforma radical» están presionando con éxito. La segunda, vinculada a la iniciativa europea «uno de nosotros», pretende la aplicación de la jurisprudencia del Tribunal de Justicia protectora del embrión humano en la investigación y en consecuencia la erradicación del concepto de preembrión en nuestra legislación. Finalmente, se hace urgente aprobar una legislación a nivel nacional que, en línea con lo planteado por el Consejo de Europa, extienda la atención y protección de la vida humana en sus últimas fases.
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