Crimen de Asunta
La defensa se apoya en cuatro testigos para exculpar a los padres de Asunta
El letrado José Luis Gutiérrez Aranguren, que representa a la madre de Asunta, hallada sin vida el pasado 22 de septiembre, se ha apoyado en cuatro testigos para exculpar de esta muerte violenta a los padres de la niña, la abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra.
Gutiérrez Aranguren ha cuestionado una vez más la instrucción de este crimen porque todo lo que no encaja con la "tesis oficial"trata de modificarse y ha lamentado así la existencia de una "obcecación", supone que "no malintencionada", que no permite avanzar"ya que se trabaja con "la tesitura de que son los padres"los autores.
El abogado se desplazó hoy a los juzgados compostelanos de Fontiñas, donde han prestado declaración la madre de una compañera de esta menor de 12 años, la mujer que cuidaba a la niña, una de sus profesoras y un hombre que pasó por la pista forestal en la que se halló el cadáver.
Del último, Gutiérrez Aranguren ha comentado a la prensa que quizás ha aportado el testimonio "más productivo"dado que ha dicho algo que, a su entender, "no sentó muy bien a quien mantiene una tesis determinada desde el principio".
Este hombre, siempre según la defensa, ha relatado que poco antes de que se localizase el cadáver, él pasó por la zona en la que apareció y no lo vio, y ha apuntado: "No soy Dios para poder asegurar que no estaba el cuerpo, pero soy muy meticuloso, llevaba una linterna, pasé a 60 centímetros, se veía perfectamente, y para mí allí no estaba".
Ha rememorado esta persona que hizo una reconstrucción con los investigadores y en la zona se puso un señuelo del que trascendió que no se había percatado pero hoy, ha dicho Aranguren, habría precisado que sí vio la prenda.
Gutiérrez Aranguren ha relatado que si no dijo nada es porque iba hablando con el guardia, pero vio la prenda desde el primer momento.
También pudo comprobar que pasaron por allí tres vehículos, un Seat Ibiza negro del que salió una mujer, un automóvil rojo al lado del cual había una persona hablando, y el tercero, un turismo blanco en el que viajaban los dos viandantes que dieron con el cadáver en la pista forestal de Teo (A Coruña).
De los primeros, ha manifestado Aranguren que no están localizados, y ha recriminado que se ponga "en tela de juicio"la credibilidad de algunos testimonios.
De la asistenta, ha afirmado que ha explicado que llevaba con la familia once años y que Asunta era una niña feliz sin "resquemor"hacia sus padres y sin miedo a que le hiciesen algo.
Sobre la madre de la amiga de Asunta, una compañera a la que la pequeña le contó en julio que habían querido matarla, un episodio que relató Rosario Porto al interponer la denuncia de desaparición, Gutiérrez Aranguren ha dicho que ha relatado lo sucedido sin más, al igual que hizo su cliente, quien no denunció para no "traumatizar"a la pequeña.
Acerca de la profesora de ballet, Gutiérrez Aranguren ha precisado que ha contado que nunca vio a la niña "ni drogada ni somnolienta"y de esta instructora ha interpretado que se la veía "un poco molesta"porque había bajado la asistencia de la menor a esta actividad y, por ende, los ingresos.
El abogado ha añadido que si esta docente recibió un mensaje de que la niña no iba a su clase, pocos días antes de morir, fue porque no le apetecía y la madre le proporcionó "una coartada"al enviar vía SMS una explicación de que su hija no estaba muy bien.
"Todos coinciden con mi tesis", ha remarcado Gutiérrez Aranguren, y ha protestado por el hecho de que se transmitan "informaciones que no se corresponden exactamente con la realidad"y se trate como una asesina a Rosario Porto.
Mañana su patrocinada se someterá a una diligencia "estrictamente médica", un análisis psiquiátrico, y luego habrá una reconstrucción de lo sucedido el 21 de septiembre, cuando se consumó este delito.
Asunta Basterra Porto, una menor de 12 años a la que adoptaron cuando todavía no había cumplido un año, fue localizada muerta por dos viandantes en una pista forestal en la madrugada del 22 de septiembre después de haber sido sedada y asfixiada.
Los investigadores desde el primer momento sospecharon de sus progenitores, encarcelados desde el 27 de ese mes en el penal coruñés de Teixeiro en régimen de prisión provisional comunicada y sin fianza y acusados de la comisión de un delito de asesinato.
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