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La gripe A más agresiva llega la semana próxima
¿Sientes dolor de cabeza, tos, escalofríos, fiebre alta? Tienes gripe. La infección más habitual del invierno y que suele instalarse en nuestro país de siete a ocho semanas, aunque este año ha llegado antes de lo esperado y, después de una semana especialmente fría de finales de diciembre, el virus vino para quedarse y coincidir con las fiestas navideñas, lo que ha ayudado a su propagación, porque no hay mejor forma de transmitirlo que permanecer encerrados y en familia. Durante esos quince días de celebración, el virus permaneció incubado y, apenas unos días después de disfrutar del roscón de Reyes, los centros de control de epidemias confirmaron que la incidencia había aumentado un 165 por ciento. Lo que aún no sabíamos es que este año la cepa que se ha asentado es la de tipo A y, en concreto, la H1N1, la responsable de la pandemia de 2009. «Este tipo es el único de los tres que existen (A, B y C) que crea pandemias», explica Fernando Simón, director del Centro de Alertas del Ministerio de Sanidad. Al cierre de esta edición, de acuerdo con los datos aportados por las diferentes comunidades autónomas, 242 pacientes permanecían ingresados por gripe y para la próxima semana se esperan muchos más.
Como recuerda la Consejería de Sanidad de Cantabria, comunidad autónoma que registró el tercero de los tres fallecidos por esta cepa –los otros dos se registraron en Murcia y Aragón–, el subtipo H1N1 «es más virulento porque produce un mayor número de complicaciones, principalmente insuficiencia respiratoria, y agrava los síntomas, con fiebre más alta y mayor postración, lo que con frecuencia requiere ingreso en la UCI». Son estas complicaciones las que, unidas a patologías previas del enfermo, pueden terminar en el fallecimiento del paciente, como ocurrió en el caso cántabro, un hombre de 62 años que sufría una neumonía bilateral. Además, como apuntan desde esta Consejería, la cepa que surgió en 2009 causa más enfermedad en niños y adultos jóvenes que en personas mayores, al contrario que en el resto de cepas. ¿Por qué?
El director del Centro de Alertas asegura que «los expertos aún no han dado con la clave del problema de inmunidad que tenemos ante este virus, pero una de las causas que se barajan es que esta cepa tiene más capacidad de adherencia a los tejidos más jóvenes» y, por eso afecta a personas menos mayores, «pero me refiero a una variación de entre cinco y seis años de menos. Son más jóvenes, pero no son niños», insiste. Y es que, además, esta modificación «produce el doble de hospitalizaciones que los otros dos tipos». De este modo, es habitual que, a medida que nos acerquemos a la semana pico, el número de casos siga incrementándose. «Ya llevamos entre dos o tres semanas de contagio y la incidencia de este virus suele permanecer entre siete y ocho semanas, por lo que la semana pico –cuando más casos se registran– será la siguiente», comenta Simón.
La incidencia habitual de la gripe es de alrededor de los 300 casos por cada 100.000 habitantes en la semana con más casos; es decir, la que arranca el día 20 y «no creo que se superen», aunque lo cierto es que en otros años, los casos han podido alcanzar los 600 por cada 100.000 habitantes, aunque «la virulencia de la gripe es bastante impredecible», asegura Manuel Linares Rufo, especialista en microbiología y miembro del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de Semergen (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria).
Este doctor trabaja en el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid y, como en el resto de centros de la comunidad, «esta semana están empezando a llegar muchos más pacientes con síntomas de gripe». De ahí que él, al igual que la Organización Mundial de la Salud (OMS), haga un llamamiento a los grupos de riesgo para que se vacunen: «Es la medida más eficaz, aunque no lo hace todo el mundo que debería. Creo que no hemos sabido enviar mensajes claros». Y es que los datos que recoge la OMS confirman que sólo el 75 por ciento de las personas que deberían inyectarse el virus para protegerse de éste lo hacen. Es decir, el principal grupo de riesgo que son las personas mayores no están del todo concienciadas de la necesidad de vacunarse y son las que más patologías respiratorias padecen. Y es que, como resalta Linares «gracias a esta medida, la mortalidad se puede reducir cerca de un 65 por ciento». A pesar de todo, al año suelen fallecer entre 1.500 y 4.000 personas en nuestro país. En los últimos años se han presentado varios estudios analizando la eficacia de la vacunación contra la gripe, teniendo en cuenta que el virus puede cambiar rápidamente, ya que es una proteína la que muta y hace que la vacuna que nos inmuniza no sirva. La revista «Lancet» publicó el año pasado varios informes en los que se planteaba la posibilidad de implantar dos periodos de vacunación para amoldarse lo más rápidamente posible a los cambios de este virus.
Y es que la OMS es la responsable de recomendar qué cepas deben incorporarse cada año en la vacuna estacional correspondiente, y su decisión se basa en lo ocurrido en el otro lado del planeta, que pasa por la estación invernal antes que los países del hemisferio norte. «Nos basamos en la incidencia de las cepas que se han desarrollado en el otro hemisferio para saber qué nos espera», asevera Simón. Así, la inyección que han recibido miles de personas este año durante el periodo de vacunación –que «aún se mantiene en varios centros sanitarios», insisten desde Sanidad– contiene sobre todo cepa de H1N1, aunque el combinado introduce así mismo el subtipo B porque también ha llegado pero de forma más residual. Y es que, a pesar de la vacuna que no es del todo efectiva, «si cada año te vacunas tus defensas se van reforzando y si te contagiaran la gripe A tendrás menos complicaciones», argumenta el médico de familia.
Sin embargo, y a pesar de los buenos resultados de la vacunación, en Aragón –donde ha fallecido una persona–, de los 44 pacientes que permanecen ingresados, el 15 por ciento se había vacunado, y es que desde el Centro de Alertas añaden: «No son vacunas cien por cien eficaces y, por eso, si se producen complicaciones, el paciente puede fallecer». Aun así, insisten en la reducida tasa de vacunación. «En la primera semana de incidencia, se hospitalizaron 70 casos, de los que 40 pertenecían a grupos de riesgo y, sin embargo sólo 11 de éstos estaban vacunados». Este porcentaje de hospitalizados que estaban vacunados es el que ha puesto en alerta a algunos médicos por si era el origen de una nueva pandemia, pero Linares lo descarta: «Tenemos una red de centros centinela muy extensa a la que llegan muestras de todos los casos, por lo que si se diera el caso, lo sabríamos en horas, como ocurrió en 2009, cuando la alerta se dio en México».
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