Discapacitados

La madre de la niña expulsada de un campamento: «Inés, tú no tienes que cambiar, es el resto»

La madre no ha tenido noticias de ellos desde el domingo, pero sí ha recibido decenas de muestras de apoyo.

La pequeña Inés, de solo 11 años, se llegó a preguntar, según sus padres, si ella tenía la culpa de que la expulsaran del campamento
La pequeña Inés, de solo 11 años, se llegó a preguntar, según sus padres, si ella tenía la culpa de que la expulsaran del campamentolarazon

La madre no ha tenido noticias de ellos desde el domingo, pero sí ha recibido decenas de muestras de apoyo.

Inés se encuentra en la playa con sus abuelos y primos alejada de toda la vorágine informativa sobre el caso. Sus padres decidieron denunciarlo públicamente con un único objetivo: impedir que se lo vuelvan a hacer a otro menor. En paralelo, Diverbo, la empresa del campamento de inglés en Aldeaduero (en Salamanca) del que tuvo que salir la pequeña de 11 años, mandó, tal y como publicó ayer este periódico, un comunicando asegurando que no la habían expulsado del mismo.

Ahora bien, en el mismo no negaban que pidieran a los padres de la menor que Inés durmiera sola con una monitora, lo que dista mucho de la integración a la que en pleno siglo XXI ya están acostumbrados los niños. Prueba de ello es el aluvión de mensajes de voz que enviaron los compañeros de clase y del colegio Sagrado Corazón de Madrid a Carolina, la madre de Inés. Niños de su edad, de únicamente 11 años, que demuestran otra vez más a los adultos todo lo que nos queda por aprender: «Vamos, Inés, que tú eres una crack. Nos vamos a volver a ver enseguida en el cole. ¡Que te queremos todos, hombre!», le dice N. en un audio enviado por WhatsApp. «Pasa de ese campamento y disfruta con tu familia en la playa. Un beso», le dice otra. «Me da mucha rabia lo que han hecho esas niñas porque a lo mejor si te intentasen conocer se darían cuenta de que no eres tan distinta, eres maravillosa»; «Inés, tú no tienes que cambiar, es el resto». En la misma línea se expresa su compañero A.: «Tú sabes quiénes son tus verdaderos amigos y sabes que te queremos y te apoyamos. Mucho ánimo. Y no te pongas triste, no hagas caso a las personas que no saben lo bueno que es tenerte como amiga». Unos mensajes de apoyo que no son solo de su clase: «Además de 5º C, todo el colegio te quiere» o «Inés eres una persona muy buena, eres buena compañera, compartes, eso a nosotros nos encanta, ya me gustaría que estuvieses en mi clase el año que viene...».

El Cermi denuncia el caso

Las muestras de cariño se han repetido en redes sociales. «Una madre ha dicho que ella y su hija no saben inglés, pero que la acogen en su casa, donde se lo pasaría genial. En otro tuit los bomberos afirman que ellos no tienen campamento, pero sí un camión en el que si ella quiere le dan una vuelta... Es con lo que nos quedamos, porque es lo importante», explica Carolina, agradecida por la reacción que ha tenido la sociedad al conocer lo acaecido. Esta madre sigue sin dar crédito a lo sucedido. Le preguntamos si alguien de la compañía Diverbo se ha puesto en contacto con ellos dada la gravedad de los hechos y asegura que «no hemos vuelto a saber nada de ellos desde el pasado domingo por la noche». «Fue un despropósito. Desde el minuto uno se la querían quitar de en medio. No tienen ni un mínimo de valores humanos. No deberían haber permitido que esto pasara», destaca Carolina.

El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) denunció ayer ante la Fiscalía y la Comunidad de Madrid el caso de Inés. Tras presentar la misma, el delegado del Cermi para los Derechos Humanos, Jesús Martín Blanco, lamentó, en declaraciones a Efe, que «una actividad lúdica, como es un campamento, haya provocado dolor a Inés y a su familia». «Resulta intolerable que una circunstancia como la discapacidad colonice nuestra existencia para clasificarnos fuera de la vida en común y para ocultar a la propia persona con dignidad y derechos. Nuestras vidas siguen estando depreciadas en valor y despreciadas en actitudes, algo intolerable en un Estado con cuarenta años de vida democrática», añade.

También la Coordinadora del Tercer Sector ha presentado una queja ante el Defensor del Pueblo y del Menor para que se inicien las acciones necesarias con el fin de aclarar lo sucedido y ha pedido formalmente al Gobierno de la Comunidad de Madrid que actúe contra la empresa Diverbo, inscrita en el Registro Mercantil de Madrid, para conocer la situación producida con la expulsión de la menor al entender que, según la legislación en materia de protección a la infancia y las relativas a ocio y tiempo libre, «la Comunidad de Madrid debería iniciar actuaciones ante un potencial delito de odio».