Sevilla

La Policía sigue cuatro líneas de investigación en busca de Marta del Castillo

Cinco años después de la desaparición de Marta del Castillo, la Policía mantiene abiertas cuatro líneas de investigación para localizar su cuerpo mientras el asesino de la joven sevillana, Miguel Carcaño, cumple una sentencia de veinte años y tres meses de cárcel en Herrera de la Mancha (Ciudad Real). Marta del Castillo, que tenía 17 años, desapareció el 24 de enero de 2009 y su asesino, un joven con el que había mantenido una relación sentimental en el pasado, no quiere o no puede revelar el lugar donde se deshizo del cuerpo ni las personas que lo ayudaron.

Carcaño ha dado hasta ahora siete versiones sobre el paradero del cuerpo, que van desde el río Guadalquivir hasta un contenedor de basuras, un descampado de Camas (Sevilla) y una finca en la llamada Ruta del Agua del extrarradio de Sevilla, con lo que provocó búsquedas que han costado al Estado 616.319 euros y que el joven ha sido condenado a pagar.

La Policía da credibilidad a su última versión de que, tras matar a Marta de un golpe con un cenicero, la enterró en la carretera que une Sevilla con La Rinconada, que es la vía natural de salida de la capital desde su domicilio en la calle León XIII, y en esa hipótesis centra ahora sus cuatro líneas de investigación.

En su último informe enviado al juez instructor, la Policía comunica que está en contacto con empresas que posean fotos aéreas de la zona para localizar zanjas o acequias similares a las descritas por Carcaño y ha preguntado a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir por las obras de canalización hechas entonces en aquellas fincas.

Además está revisando las llamadas del móvil de Carcaño para averiguar si las antenas de telefonía lo sitúan en la zona y está interrogando a su entorno para descubrir alguna relación de su familia con la zona de búsqueda.

Los padres de la víctima, Antonio y Eva, se sienten apoyados "por todos los ciudadanos que se han conmovido no sólo por el fallecimiento de Marta sino por el hecho de que, después de cinco años, siguen cerrando por la noche la puerta de su casa sin saber donde está su hija", según ha dicho a Efe su abogada, Inmaculada Torres.

La letrada cree que lo mediático del caso y la presión que llevaba consigo "provocó quizás que la instrucción se cerrara demasiado rápido y dejara flecos por resolver", como los recursos contra la sentencia que absolvió por segunda vez como cómplice a Samuel Benítez, amigo de Carcaño.

Pese a ello, Torres valora que el caso Marta haya influido en algunas reformas legales como la prisión permanente revisable, "aunque desgraciadamente a los culpables de su muerte y desaparición no se les va a aplicar".

Por su parte, los letrados de los tres absueltos -el hermano de Carcaño, Francisco Javier Delgado, su novia María García y su amigo Samuel Benítez- han destacado a Efe que, pese a las sucesivas y "aplastantes"declaraciones judiciales de inocencia, "el veredicto popular de condena les persigue inexorablemente".

José Antonio Salazar, que defendió a María García, ha señalado que para esta joven y su familia "es muy difícil olvidar el calvario sufrido y volver a la normalidad como si nada hubiera pasado".

"Los medios de comunicación y el público que durante años recibió una información llena de prejuicios persiguió a María, la acosó y la condenó de antemano"y "entre todos construyeron la figura de una inexistente mujer fría, esquiva, calculadora y cruel, que sabía cosas y no las decía", en una imagen "que no se ha disipado todavía", según Salazar.

El abogado de Delgado, José Manuel Carrión, ha recordado a Efe que su cliente y María García han tenido que irse de Sevilla "para poder sobrevivir con normalidad", algo que considera "inaceptable en un Estado de derecho".

Cree que la ley debería contemplar medidas que protejan a las personas declaradas inocentes pues se trata de un "pronunciamiento judicial que ha de ser respetado por todos los ciudadanos", pero en el caso Marta "se procura la muerte social del inocente".

Manuel Caballero, defensor de Samuel Benítez, también ha destacado que "una declaración de inocencia no es suficiente para retomar una vida normal"y ha lamentado que algunos medios de comunicación "transforman la visión social de determinados casos, vertiendo informaciones falsas o dando opiniones que van más a allá de la mera información veraz".

"Desgraciadamente es más fácil asumir la presunción de culpabilidad, inculcada durante meses, que la declaración clara de inocencia dictada por un tribunal, que es el único que verdaderamente ha tenido conocimiento de los entresijos del caso", según Caballero.