Violencia de género
Laura acompañó a Marina porque otra amiga de ésta no pudo hacerlo
La joven podría encontrarse de vacaciones cuando recibió la llamada
Marina Okarynska no quería acudir a casa del que fuera su pareja, Sergio Morate, sin ir acompañada. Cinco meses después de haber terminado su relación quería recoger las pertenencias que dejó en la casa que él tenía en Cuenca. Pero Laura del Hoyo, que trágicamente corrió la misma suerte que su amiga, no fue la primera persona en la que pensó Marina para no encontrarse a solas con su presunto asesino. De acuerdo con algunas declaraciones que ha recogido Efe del entorno de las jóvenes, Marina llamó a otra chica para que le hiciera el favor de acompañarla. Sin embargo, y como ha podido saber este periódico, algunos vecinos de la zona comentaron durante el funeral que la amiga en cuestión no pudo ir a casa de Morate por encontrarse de vacaciones, al parecer, en Ibiza. Debido a esta ausencia, Laura terminaría convirtiéndose en la compañera que Marina necesitaba.
Pero la suya no fue una amistad casual. Ambas jóvenes se conocían desde hace varios años y, sin ir más lejos, hace un par de semanas Marina se desplazó a la localidad valenciana de Xirivella, en la que residió durante algún tiempo Laura, para compartir parte de sus vacaciones. Allí fue donde se tomaron las fotos que posteriormente fueron utilizadas en los carteles que los familiares y vecinos elaboraron para pedir su vuelta.
En la mañana de ayer se celebraron los funerales para dar el último adiós a las dos jóvenes conquenses, aunque las familias decidieron que las misas se celebraran por separado. Sólo 15 minutos separaron ambos actos. Los restos mortales de Laura fueron llevados a la parroquia de San Fernando, donde «fue bautizada y recibió la primera comunión y la confirmación», según afirmó el responsable de comunicación de la diócesis de Cuenca, Miguel Ángel Alvares. Por su parte, el funeral por Marina, oficiado en la iglesia de San Esteban, aunó plegarias tanto en castellano como en ucraniano, la lengua natal de la joven, en un acto en el que se mezclaron la liturgia católica romana y la griega. De acuerdo con fuentes municipales, los costes de este sepelio correrán a cargo del Ayuntamiento conquense.
Dos tumbas juntas
A sendos actos acudieron, además de decenas de cámaras y periodistas, centenares de personas que quisieron arropar a las familias en un momento tan trágico, abarrotando los edificios religiosos y recibiendo y despidiendo con solemnidad los féretros. Mientras tanto, los gestos de dolor de familiares y amigos de las fallecidas han sido una constante que reflejaba el profundo ambiente de dolor en la localidad. Pese a la separación durante los oficios religiosos, las familias acordaron que los cuerpos de Marina y de Laura reposaran en dos tumbas localizadas la una junto a la otra en el cementerio Santísimo Cristo del Perdón de Cuenca. Tras el entierro, ambas sepulturas quedaron cubiertas por multitud de coronas de flores que los allegados fueron depositando.
Y es que la pérdida de las dos jóvenes ha sido un duro golpe no sólo para el entorno de ambas sino también para la ciudad. Amigos de las jóvenes mencionaron que tanto Marina como Laura eran «muy alegres» y que se habían labrado pequeña fama entre los vecinos de la zona debido al trabajo que desempeñaron de cara al público en tiendas, comercios y establecimientos hoteleros.
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