Barcelona

Los adultos también cambian sus valores más arraigados

Una tesis doctoral elaborada en la UAB contradice las teorías tradicionales que defienden que los valores sociales y las ideas socio-políticas más arraigadas en los individuos se configuran durante la adolescencia y la juventud y demuestra que también los adultos cambian sus valores e ideas.

El autor de la tesis, el politólogo Raúl Tormos, que ha obtenido la máxima calificación 'cum laude', ha explicado que en su trabajo ha demostrado que los adultos "ajustamos constantemente nuestras ideas y creencias políticas al tiempo en que vivimos".

Tormos ha llegado a esta conclusión tras analizar encuestas mundiales de valores, eurobarómetros y datos estadísticos de 28 países desarrollados con los que ha demostrado que son imposibles los cambios que se han producido en los últimos 30 años explicados sólo con la renovación demográfica y la irrupción de los jóvenes.

La tesis, titulada "El ritmo de la modernización. Efectos del contexto y cambio de valores intra-cohorte"y dirigida por la profesora Ciencia Política y Derecho Público Eva Anduiza, cuestiona el supuesto de estabilidad a lo largo de la vida de algunos de los valores y actitudes sociales que se consideran perdurables.

Las teorías predominantes hasta ahora decían que algunas actitudes y valores estables, como la religiosidad, la tolerancia o las orientaciones políticas, se consolidaban en los "años impresionables"de la juventud y que se cristalizaban y estabilizaban en la edad adulta.

Sin embargo, Tormos defiende que los adultos que viven en las sociedades industriales son capaces de ajustar sus valores para adaptarse a los nuevos tiempos.

Eso explica, por ejemplo, que los europeos, y más los españoles, han evolucionado en poco tiempo desde una gran religiosidad a un laicismo creciente, o que la tolerancia hacia la homosexualidad sea mucho mayor ahora que hace dos décadas, ha explicado Tormos.

"Hasta ahora no teníamos suficiente evidencia temporal, suficientes datos estadísticos para comparar, pero ahora, con la acumulación de datos, podemos concluir que muchas de estas antiguas creencias no se aguantan", ha afirmado.

Tormos ha demostrado empíricamente a través de las encuestas que "la gente cambia, también en la edad adulta"en sus "elementos básicos, en sus valores fundamentales, en sus actitudes sociales o políticas, no sólo cambia en sus opiniones".

"Nadie se sorprende de que un adulto pueda cambiar de opinión, pero sí si se trata de cuestiones más fundamentales, como la ideología o cuestiones religiosas", ha manifestado.

El politólogo defiende en su tesis que los cambios de valores, de creencias y de ideas en los últimos años no se explican sólo por el cambio generacional y para ello ha simulado en su trabajo una sociedad en la que no se produce reemplazo generacional y luego ha comparado la sociedad real con la simulada.

Si el cambio sólo viniera del reemplazo generacional, debería haber muchas diferencias entre las dos, pero en realidad, "la sociedad real y la simulada son muy similares", ha dicho Tormos.

"Se trata de una cuestión adaptativa, nos adaptamos al contexto, no hay una esencia definitoria para toda la vida, hay elementos que se pueden mantener constantes, pero los adultos cambian valores para adaptarse a los tiempos modernos", ha señalado el investigador.

En este contexto ha situado el hecho de que en Cataluña muchos adultos se han convertido en los últimos tiempos en independentistas y han cambiado su identidad nacional "en contra de la idea de que la identidad nacional se transformaba a partir del sistema educativo".

"En Cataluña, en poco tiempo la gente está cambiando su identidad nacional y responden a las encuestas ajustando sus posturas políticas", ha señalado el politólogo, que trabaja en el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat.

Según Tormos, los valores e ideas que más han cambiado en los adultos de los países desarrollados son "los religiosos y los que se derivan de los valores morales".

"En España hemos pasado de unos años 80 de rechazo al divorcio, la eutanasia o la homosexualidad, a una situación diametralmente opuesta, de tolerancia y de laicismo", ha indicado.