Enfermedades
Los casos de tos ferina se duplican en cinco meses
La vacuna contra esta enfermedad se pone junto con la de la difteria. Los expertos alertan de cepas más agresivas
La vacuna contra esta enfermedad se pone junto con la de la difteria. Los expertos alertan de cepas más agresivas
Los índices de protección de las vacunas en España superan, en la mayoría de los casos, el 90 por ciento. Entonces, ¿por qué se han duplicado los casos de tos ferina en los primeros meses de este año? De los 823 de 2014 a 1.589 en lo que va de este año (hasta la semana 19), de acuerdo con los datos del Centro Nacional de Epidemiología que pertenece al Instituto de Salud Carlos III. La vacuna para combatir esta enfermedad infecciosa se pone, conjuntamente, con la del tétanos y la difteria. Y se inyectan seis dosis. Aunque, como explica Amós García, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), existen varios factores que pueden explicar este incremento, «que ya vaticinábamos que seguiría creciendo». Uno de ellos, muy ligado al caso del niño de seis años de Olot (Gerona) que padece difteria, es que «muchos casos se dan en personas no vacunadas», aunque por suerte las consecuencias de padecer tos ferina son mucho más leves quelas de la difteria. García insiste en que «el número de casos que contabilizamos ahora no tiene nada que ver con los que aparecían en la época prevacunal», pero «existe una mayor sensibilidad profesional a la hora de diagnosticar esta enfermedad» y «han aparecido nuevas cepas con más capacidad de producir la enfermedad». Eso sí, «aunque no todas las personas vacunadas tienen el mismo perfil de protección, los que deciden pasar la enfermedad sin inmunizarse no generan anticuerpos protectores para toda la vida» y puede que la enfermedad reviva y se repita más adelante. Así, la persona puede padecer tos ferina varias veces a lo largo de su vida si no está vacunada. Para evitar que estos fármacos protectores tengan la eficacia adecuada «estamos incentivando que se vacunen las embarazadas que se encuentren en la semana 28 y 36 de gestación para proteger a los menores de dos meses. Para estos niños la tos ferina puede tener efectos más graves», sostiene el experto.
Y es que, a pesar de ser uno de los países de la Unión Europea con mejores tasas de vacunación –superamos el 95 por ciento– siguen apareciendo casos de enfermedades que se creían erradicadas. «Los padres que deciden no vacunar a sus hijos lo hacen con convencimiento de que es lo mejor para su salud y los médicos debemos, con pedagogía, convencerles de que no es lo mejor para sus hijos». Eso sí, García insiste en que «existe un Real Decreto de medidas urgentes que determina la obligatoriedad de vacuna en situaciones graves, pero esperamos no tener que llegar a eso». Sin embargo, Carlos Álvarez-Dardet, profesor de Salud Pública y director del Observatorio de Políticas Públicas y Salud de la Universidad de Alicante, afirma que: «De ninguna manera deben ser obligatorias. Las vacunas son un excelente activo de la salud pública en España y hacerlas obligatorias aumentaría la suspicacia de la población. Ya tenemos unas excelentes tasas de cobertura con el estatus actual de recomendadas, creo que hay que evitar debates polarizados». También insiste este experto en que, aunque existen padres que optan por no inmunizar a sus hijos, «prestamos poca atención a las bolsas de no vacunados que genera nuestro sistema económico». Con respecto a los datos del Centro Nacional de Epidemiología, Álvarez-Dardet considera que para llegar a datos como los que se han sumado estas primeras semanas de 2015, « parece que hay algún brote epidémico en algún lado. Aunque estos días estamos hablando de difteria, con tos ferina pasa exactamente igual, si no vacunas a los niños están en riesgo». Además, como indica el jefe del área de infecciosas del Hospital Ramón y Cajal, Santiago Moreno, «aislar la bacteria de la tos ferina no es fácil y si aparece un caso cerca de niños no vacunados es muy posible que se produzca el brote».
No es sólo la tos ferina la que ha aumentado, sino que también ha subido el número de personas con paperas. De los 1.293 casos que se registraron en 2014, ahora la cifra supera los 1.600. «El caso de esta vacuna está más relacionada con la cepa, su tasa de protección está en torno al 80 por ciento, mientras que para el sarampión y la rubeola (las tres conforman la triple vírica) las tasas de protección superan el 90 por ciento», sostiene el presidente de la AEV. Y es que, «no hay que olvidar que las vacunas no dejan de ser fármacos». Es cierto que entre un 20 y un 30 por ciento de los menores que padecen esta enfermedad son asintomáticos, pero en el resto de casos el síntoma determinante es la inflamación de las glándulas parótidas, aunque con la vacuna, la prevalencia en menores es muy baja. La primera dosis de sarampión-rubeola-parotiditis se pone a los 12 meses y la segunda a los 2-3 años de edad. Eso sí, como indica el Comité Asesor de Vacunas, en pacientes susceptibles la vacunación se da en dos dosis con un intervalo de un mes.
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