Sucesos

Los detenidos por la muerte de Nathaly dicen que fue un accidente pero tiraron su bolso y su móvil

LA RAZÓN accede a las diligencias preliminares y habla con la familia que estuvo con ella minutos antes de su desaparición.

Los detenidos por la muerte de Nathaly dicen que fue un accidente pero tiraron su bolso y su móvil
Los detenidos por la muerte de Nathaly dicen que fue un accidente pero tiraron su bolso y su móvillarazon

LA RAZÓN accede a las diligencias preliminares y habla con la familia que estuvo con ella minutos antes de su desaparición.

Las dudas en torno a Nathaly Salazar siguen acumulándose. Desde su desaparición el pasado 2 de enero en Cuzco, se han planteado dos versiones de los hechos, una posible amistad previa con el chico con el que se tiró por la tirolina e incoherencias durante las dos reconstrucciones que llevaron a cabo ayer y el pasado lunes con los supuestos responsables de su muerte, la familia y agentes de la policía peruana y ecuatoriana. El informe de las diligencias previas, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, confirma que, en ese último tramo del canopy -como se conoce a la tirolina allí- se alcanza una velocidad que supera los 70 kilómetros por hora. En él, “Jainor perdió el control y chocó con Nathaly, quedando ésta inconsciente y con los ojos en blanco suspendida del arnés a unos 15 metros de altura”.

Jainor Huilca, de 19 años, no trabajaba para la empresa que se dedica a explotar esta actividad en el Valle Sagrado de Los Incas, no tenía acceso a los materiales y no tenía conocimientos “suficientes” sobre esta práctica deportiva. Así lo reveló a este periódico Mario Meza, uno de los responsables de la empresa junto a Raúl Romaní. “Jainor es un taxista, que no trabaja para nosotros, que recogió a Nathaly en un paradero informal de Maras conocido como El Ramal de Maras”, explicó el dueño, que estuvo presente durante la reconstrucción de los hechos del pasado lunes. “Antes de ir al zipline, él llevó a la chica a una fiesta patronal en el pueblo y luego a Moray, donde está el parque arqueológico. Allí no le hizo pagar su entrada pues si entras para realizar el canopy no tienes que abonar nada. Lo que ocurre es que él no es trabajador nuestro y, por lo tanto, no podía hacer eso. Así que llamó a Luzgardo, su amigo, para pedirle permiso, pero éste no pudo atenderle pues se encontraba con el grupo de Charo Trelles y Yady Rondon -la familia a la que Nathaly cedió el puesto más tarde-”.

Por lo tanto, Mario Meza es uno de los responsables del zipline; Luzgardo Pillcopata, su trabajador y encargado de realizar los tours con los clientes; y Jainor Huilca, ajeno a la empresa, taxista y persona que acompañó a Nathaly antes y durante el descenso. Éste, tras llamar a Luzgardo, subió donde se encontraba y le pidió las llaves para acceder al material deportivo. Se las confió y bajó al pueblo de nuevo para coger los instrumentos”. En el momento de la reconstrucción de los hechos, Jainor se mostró incapaz de colocar los arneses y los cascos con la precisión y la rapidez de un experto. “Tenia total desconocimiento”.

Tras equiparse, iniciaron la actividad, llegando hasta el segundo punto donde se encontraba parte de la familia a la que, minutos después, ayudarían a descender. La otra parte, junto a su instructor (Luzgardo) ya estaba en el siguiente punto. En ese instante, se desató una tormenta que comenzó a complicar la actividad y que motivó que la familia desistiese. “Éramos 11, pero tres de nuestros familiares se negaron a participar por miedo”, relató a LA RAZÓN Charo Trelles, que días después avisó al Consulado de la participación de la joven en la actividad. “Cuando se desató el granizo, los niños comenzaron a asustarse. De hecho, mi hijo se quedó paralizado. Sólo quedábamos él, mi cuñado y yo. De repente, vi llegar a la chica española con otro chico (Jainor). Ella me dijo que podía bajar con él, porque controlaba. Pero a mi hijo le dio más confianza su amigo. Así que los enganchamos y bajaron hasta el siguiente punto. Este señor no era guía y no sabía ni cómo utilizar el material. La que nos ayudó fue Nathaly”.

Ya en el siguiente punto, la familia abandonó y se dirigió hacia sus vehículos. En cambio, Nathaly y Jainor continuaron con la actividad “sin ningún instructor”, subrayó Meza. Además, para su correcta realización, siempre tiene que haber un instructor al final de cada cable, para controlar la velocidad y las cuerdas de seguridad. “Ésta sirve para que, en los casos de pánico y velocidad excesiva, el instructor que está abajo pueda frenar y no pase nada”. Cuando Nathaly y Jainor se tiraron no había nadie.

En el punto cuarto, donde ocurrió el supuesto accidente, existe un cartel que prohíbe tirarse a dos personas juntas y superar los 110 kilos de peso. “Sin embargo, según lo que cuenta Jainor, es la chica la que le anima a tirarse los dos juntos. Ella le dice que quiere ir primera para ver mejor el paisaje. Lo curioso es que en vez de anclar con uno de los mosquetones para que no se separen al tirarse, decide agarrarla con una sola mano. Eso, con la velocidad que coge el canopy, es imposible de aguantar y terminarían separándose”. Si fue así como ocurrió, la chica se tiró, se separó y se estrelló contra la plataforma por la que descienden los turistas tras acabar la atracción. El cable de emergencia, al no haber ningún instructor esperándoles, no pudo ser accionado.

Ocurrido esto, Jainor fue en busca de Luzgardo que se encontraba a escasos 500 metros del lugar tras haber atendido al grupo de 11 turistas. A partir de ahí, el relato es el conocido: recogen el cuerpo, lo esconden en el coche y los trasladan al rio Urubamba, donde lo tiran entre las 18.30 y las 19 horas del 2 de enero. A los pocos días fueron detenidos, tras el aviso de Charo y Yadi al Consulado español. Sin embargo, como recoge las diligencias previas, antes de arrojarla al río se apropiaron de parte de sus prendas: “Jainor se quedó con el abrigo y el bolso, los que tiró tiempo después en otro tramo del mismo río. Luzgardo se quedó con el móvil y un brazo extensible para realizar fotos con el móvil”. Finalmente, “lo rompió porque lo llevaba en su mochila y un día vio cómo se encendió. Ambos objetos los tenía en su casa y los entregó a la Comisión judicial”.

Sin embargo, el responsable de la actividad insistió en un punto. “Ella se había graduado en deportes de aventura, ¿tú crees que una mujer que conocía este riesgo, que sabe de la existencia de las prohibiciones y que ve el tiempo que hacía, iba a tirarse?”, se preguntó Meza. De ahí las continuas dudas de la familia que, según Efe, desde el principio dudó de la versión dada por los dos detenidos. Por el momento y a la espera de localizar el cadáver, la Fiscalía de Perú no descarta solicitar prisión preventiva para ellos este miércoles, mientras la policía española y del país investigan si la joven pudo sufrir abusos sexuales.