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Segundo: 12.775 El «preferido» llegó muy temprano
El Segundo Premio más madrugador en décadas salió a las 09:16, un minuto después de que comenzase el Sorteo de Navidad, y sólo 35 segundos después de que los niños de San Ildefonso empezasen a extraer las primeras bolas. La suerte quiso que fuese un número muy repartido, vendido en nueve localidades, cuatro de ellas en Andalucía
El Segundo Premio más madrugador en décadas salió a las 09:16, un minuto después de que comenzase el Sorteo de Navidad, y sólo 35 segundos después de que los niños de San Ildefonso empezasen a extraer las primeras bolas. La suerte quiso que fuese un número muy repartido, vendido en nueve localidades, cuatro de ellas en Andalucía
A muchos ayer el Segundo Premio les pilló de improvisto. No esperaban que fuera tan madrugador. Al minuto de que empezase el Sorteo de Navidad y unos 30 segundos después de que los niños de San Ildefonso empezasen a extraer los números del primer alambre de la primera tabla, salía, en la sexta bola, el agraciado: 12.775, dotado con 1.250.000 euros en cada serie. Es decir, que cada poseedor de un décimo ha ganado 125.000 euros. El número cantado por Isaac Patricio Vaquero y Nazaret Blanco Carrizal, ha estado muy repartido. Pero de las nueve administraciones de lotería en las que se vendió este número, hubo sobre todo una región agraciada: Andalucía. La suerte quiso que el segundo premio fuese a las localidades sevillanas de Osuna y La Puebla de Cazalla, Luque (Códroba), Granada, Roda de Bará (Tarragona), Alicante, Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona), Logroño (La Rioja) y Mora (Toledo). De hecho, de las 160 series de este número, 139 se vendieron íntegramente en Osuna y La Puebla de Cazalla.
Entre los agraciados hay desde empleadas de una residencia de ancianos hasta una hermandad. También tocó a una peña de fútbol del Sevilla, así como a varios políticos. Aunque no todos tuvieron la misma suerte. La diputada balear, Silvia Limones, del PSOE, y su asesor, y amigo, de la Consejería de Presidencia, recibieron un buen «pellizco». En el caso del ministro de Educación en funciones, Iñigo Méndez de Vigo, y su equipo debieron de pensar aquello de que mejor eso que nada, porque ganaron 100 euros por un décimo terminado en 75.
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