Tormenta de millones en el bar Ziortza

Desde que Tomás Sarasola lo abrió hace 20 años, lleva jugando el mismo número: el 05685. El sorteo de «El Niño» deja 26 millones en Arangoiti y 100 en Bilbao.

Hace más de 20 años que Tomás Sarasola regenta su bar, de los cuales 19 lleva jugando al mismo número de la Lotería de «El Niño»: el 05685. En la mañana de ayer la alegría se instaló en el humilde barrio bilbaíno de Arangoiti, Vizcaya. Concretamente en el bar de Tomy, como sus amigos más cercanos le llaman. El bar Ziortza, que lleva el nombre de la hija mayor de Sarasola, vendió133 décimos del número ganador, más de 26 millones de euros repartidos entre «gente muy trabajadora que realmente lo necesita», cuentó a LA RAZÓN una de las beneficiadas.

El dueño del comercio aseguró que «haber podido repartir dinero en un barrio tan humilde» es una de las emociones «más grandes» que ha vivido nunca. No es la primera vez que el primer premio de «El Niño» se queda en Bilbao, pues la capital ya fue agraciada en otras 17 ocasiones, la última en 2016. En cambio, en este 2018, se estrena la administración número 19, ubicada en la avenida del Lehendakari Aguirre de Deusto la misma que repartió entre sus vecinos 100 millones de euros. Según Juanjo Elejalde, encargado de esta administración que regenta su familia, se vendió todo en ventanilla, por lo que está «muy repartido». «Se vendió parte en Deusto, parte en Arangoiti y en todo Bilbao, porque es una administración muy de paso», indicó para señalar que el bar Ziortza de Arangoiti compró buena parte, «por lo que el dueño del bar me imagino que la habrá vendido». Y precisamente así ha sido.

Ayer, en el comercio de Sarasola se congregaron numerosos vecinos agraciados. Tomás, explicó que vendió «unos 132 o 133 décimos». Su emoción era visible: «Está muy repartido por todo el barrio y por ello siento mucha satisfacción» al distribuir más de 26 millones de los 100 que se repartieron en Bilbao.

Durante la mañana del 6 de enero, eran varios los vecinos que llegaban al bar Ziortza a celebrar emocionados la noticia. Otra beneficiada, que compró 10 décimos del comercio contó a este periódico vía telefónica cómo fue el momento en el que se enteraron de la noticia. «En nuestra familia siempre le hemos dado un valor especial a la Lotería de Navidad. Mi madre nos educó así y nosotros intentamos inculcar esta tradición a nuestros hijos», asegura al mismo tiempo que reconoce que es «un barrio pequeño, de gente humilde».

Así, mientras unos hacían la comida de Reyes y otros estaban abriendo los primeros regalos, los ganadores ya estaban pensando en qué iban a destinar el dinero. «Queremos tapar agujeros y ayudar a la familia, es lo más importante». Pero todos tenían una cosa en común: compartir ilusión y alegría entre todos los vecinos de Arangoiti. «A mi me avisó mi hija, que fue quien me recordó el número para que estuviera pendiente. Cuando nos enteramos empezamos a chillar. Aún no nos lo creemos», comenta. Y es que estos vecinos llevan toda una vida jugando al mismo número, el de Tomy. «Es una verdadera alegría».

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