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«Durmiendo con lobos»: la emoción del aullido nocturno

El aullido de un lobo
El aullido de un lobolarazon

«Es difícil creer que alguien no se emocione al oír el aullido de los lobos a medianoche en la montaña», asegura el fotógrafo y periodista medioambiental Andoni Canela, que acaba de presentar «Durmiendo con lobos», exhaustivo repaso a uno de los animales fetiche de Europa.

«Es la llamada del pasado, algo de una intensidad total» ha relatado a Efeverde el autor de este volumen de 180 páginas que incluye 150 fotografías, el primer libro nacido del proyecto «Looking for the Wild», una travesía de 15 meses por todos los continentes.

Canela suma más de veinte años luchando por el lobo, por lo que entiende esta última obra como «el colofón natural a mi trabajo y la mejor manera de profundizar en el tema».

Sus imágenes recogen parajes de los Picos de Europa, Riaño, la sierra de La Culebra y los montes gallegos en defensa de un animal cuya expansión natural y la tradicional persecución por parte del hombre «nos ha llevado a un momento de choque en que es necesario ofrecer información veraz sobre el lobo» ha afirmado el autor.

Las fotos están acompañadas por textos del biólogo Juan Carlos Blanco, miembro del grupo de especialistas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, e impresas con papel respetuoso con los bosques de acuerdo a la normativa del Consejo de Administración Forestal, aunque también puede encontrarse en formato electrónico.

Canela no se considera un espectador externo del mundo natural, sino que se implica y pretende también implicar al lector, porque «quizá conocer al lobo sea la mejor forma de hacer las paces con él».

Los momentos especiales que ha vivido junto a este animal «dan sentido al viaje y a la vida», ya que es «fuerte, inteligente y adaptable» y es un «superviviente nato».

Es esta parte indómita «la verdadera razón por la que todavía le temen y desean que desaparezca, más allá de las ovejas o potros que pueda matar», ha aventurado.

En la actualidad, el lobo es apto legalmente para la caza, «pero no tiene sentido que sin censo ni datos bien contrastados se permita matar en época de cría y que el furtivismo se practique sin ser perseguido» ha denunciado.

¿Hasta qué punto son razonables las denuncias de los ganaderos? «Los ataques son reales», ha concedido Canela, y «hay que buscar maneras de evitar y compensar estos daños, pero también es cierto que el sector ganadero pasa por un momento difícil y el tema del lobo es insignificante en medio de lo demás».

No es el único animal que ha perseguido fotográficamente, pues también se ha emocionado «rodeado de bisontes y fumarolas volcánicas» o «viendo una ballena jorobada entre los icebergs», en un «exigente» trabajo de campo acompañado por su pareja, sus hijos de tres y diez años y varios colaboradores, amigos y rastreadores.

«Como familia siempre nos hemos planteado la vida al aire libre y en plena naturaleza como parte de nuestra cotidianeidad», ha explicado.

Aunque el lobo ha sido el primero en ver reflejada su historia de supervivencia, Canela ha querido proteger a través de la difusión literaria seis fieras más en peligro de extinción, las más representativa de cada continente.

Tras haber visitado al bisonte de las montañas Rocosas, al puma de los Andes y al pingüino papúa de la Antártida, Canela se encuentra actualmente en Australia estudiando al cocodrilo marino.

Sus próximos viajes serán al sureste asiático para retratar al cálao bicorne, un ave tropical, y a las sabanas de Namibia y el delta de Okavango en busca del elefante africano.