Francia

El lirón enano «vuelve» a la Península

El «retorno» del lirón enano a la Península Ibérica
El «retorno» del lirón enano a la Península Ibéricalarazon

El lirón enano tiene su cuna en España y, sin embargo, no queda ni rastro de él en la actualidad. Pueden hallarse ejemplares de este pequeño mamífero roedor desde el este de Francia hasta Rusia, prácticamente en todo el continente europeo. Pero en la Península Ibérica, precisamente donde se encontraron sus primeros restos, provenientes del Mioceno (hace entre 23 y 5 millones de años), no pueden hallarse ya ejemplares.

De hecho, según informa la agencia EurekAlert, el último registro fósil peninsular data de los inicios del Plioceno (al menos hace 4,5 millones de años). Sin embargo, en el yacimiento guipuzcoano de Lezetxiki (Arrasate) investigadores de la UPV/EHU han encontrado restos de Muscardinus avellanarius del Pleistoceno Superior (entre 125.000 y 10.000 años). El hallazgo se publica en la prestigiosa revista Quaternary Science Reviews.

La importancia del hallazgo llevado a cabo por investigadores del Departamento de Estratigrafía y Paleontología y del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología es doble. Por un lado, los dientes de lirón enano hallados en Lezetxiki son los primeros restos de esta especie pertenecientes al Cuaternario que han sido hallados en la Península Ibérica, ya que, aunque los restos más antiguos de este género provienen de yacimientos peninsulares del Mioceno, la ausencia de registros más modernos indica que desapareció de estas tierras en el periodo posterior, el Plioceno Inferior. Por otro, Lezetxiki es el punto más al suroeste de Europa en el que se han encontrado restos de lirón, con lo cual se amplía la distribución geográfica de esta especie.

Hoy en día la presencia del lirón enano está habitualmente ligada a la existencia de avellanos (no en vano, en inglés se conoce como Hazel dormouse), aunque puede hallarse en diversos tipos de bosque. Debido a su pequeño tamaño y a que raramente desciende de los árboles, es una especie difícil de cazar para las aves rapaces, por lo que su presencia en los depósitos suele ser exigua.

La información paleoecológica aportada por los restos de lirón enano hallados en Lezetxiki confirma las conclusiones del análisis del conjunto microfaunístico identificado en los mismos niveles: en resumen, que el clima de esa época era parecido al actual, de modo que el entorno de la cueva estaría dominado por un paisaje boscoso.

Lezetxiki es conocido internacionalmente por ser uno de los pocos yacimientos de la cornisa cantábrica en el que se han localizados restos humanos, tanto de neandertales, como de Homo heidelbergensis. Además, no es la primera vez que esta gruta depara sorpresas paleontológicas. Durante las últimas campañas de excavaciones dirigidas por el profesor de la Universidad del País Vasco Álvaro Arrizabalaga, su equipo de investigación ha recuperado también un fragmento de la mandíbula inferior de uno de los últimos ejemplares europeos de macaco (Macaca sylvanus), así como los primeros restos del ratón de los abedules (Sicista betulina) localizados en la Península Ibérica.