Estados Unidos
La intensidad de los ciclones tropicales se desplaza hacia los polos en las últimas décadas
Los potentes y destructivos ciclones tropicales están llegando a su pico de intensidad más lejos del ecuador y más cerca de los polos, según un nuevo estudio de científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos. Los resultados del trabajo, publicado este miércoles en "Nature", muestran que durante los últimos 30 años, los ciclones tropicales, también conocidos como huracanes o tifones, se mueven hacia los polos a un ritmo de unos 53 kilómetros por década en el hemisferio norte y 61 kilómetros por década en el hemisferio sur.
"El valor absoluto de las latitudes en que estas tormentas alcanzan su máxima intensidad parece ir en aumento con el tiempo, en la mayoría de los lugares", afirma uno de los autores del estudio, Kerry Emanuel, profesor del MIT. "La tendencia es estadísticamente significativa a un nivel bastante alto", alerta. Mientras los científicos que realizaron la investigación todavía están analizando los mecanismos atmosféricos de este cambio, la tendencia parece coherente con el calentamiento del clima. "Puede significar que las condiciones termodinámicamente favorables para estas tormentas están migrando hacia los polos", añade Emanuel, profesor de Ciencias Terrestres y Planetarias del MIT.
Las consecuencias son graves, ya que el movimiento de la intensidad máxima significa que las regiones más al norte y al sur del ecuador, que no han tenido previamente que enfrentarse a muchos ciclones violentos, ahora pueden estar más expuestas a estos fenómenos meteorológicos extremos. Eso, a su vez, podría conducir a potencialmente profundas consecuencias para la vida y la propiedad. Según este informe, titulado 'La migración hacia el polo de la ubicación del ciclón tropical de intensidad máxima', "todos los cambios relacionados con las posiciones en las que las tormentas tocan tierra tendrán efectos evidentes en los residentes y las infraestructuras costeras".
Sus autores utilizaron datos internacionales de 1982-2012 recogidos por el Centro de Datos Climáticos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, con la ubicación del pico de intensidad de los ciclones como punto de referencia, ya que es un indicador más consistente que estadísticas como la duración, que puede ser más difícil de estimar por las dificultades para establecer con precisión cuándo una tormenta debe considerarse un ciclón tropical. Aunque existen diferencias regionales en el movimiento hacia los polos de los ciclones, el hecho de que cada cuenca oceánica diferente del norte del Océano Indico ha experimentado este cambio lleva a los investigadores a sugerir que esta "migración desde las zonas tropicales es un fenómeno global". Sin embargo, Emanuel señala que los mecanismos mundiales que marcan esta tendencia son un tema para futuras investigaciones.
"Creemos que, aunque todavía no hemos sido capaces de determinarlo, esto está conectado con la expansión hacia los polos independientemente observada de la circulación de Hadley", subraya Emanuel, en referencia a un modelo a gran escala de los vientos globales, que en los últimos años también se ha movido más hacia los polos.
En el documento, los coautores señalan el impacto potencial de la cizalladura (diferencia en la velocidad o dirección del viento entre dos puntos en la atmósfera) vertical del viento, que inhibe la formación de ciclones, puesto que los datos sugieren una disminución de la cizalladura del viento en las zonas tropicales y un aumento en las latitudes más altas. Estos investigadores continuarán examinando los vínculos entre la migración temporal y el calentamiento global. Durante las últimas tres décadas, la incidencia de ciclones en las zonas tropicales en realidad ha disminuido porque mientras que los ciclones tropicales pueden llegar a ser más intensos en un clima más cálido, en realidad, es más difícil que se generen. Las temperaturas del océano entre 27,7 y 30 C parecen ser "ideales para la génesis de los ciclones tropicales -apunta Emanuel- y como ese cinturón migra hacia los polos, seguramente conforme todo el océano se calienta, las regiones de génesis de ciclones tropicales sólo pueden moverse con él".
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