Investigación científica
La preocupante alopecia de los pingüinos de la Antártida
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y del Instituto Antártico Argentino ha descubierto los primeros casos del síndrome de la pérdida de plumaje en pingüinos de la Antártida. En una investigación publicada en la revista ScienceShots, los investigadores exponen que las primeras aves con esta patología fueron descubiertas en el mes de enero en una de las mayores colonias de pingüinos de Adelia (Pygoscelis adeliae), en Bahía Esperanzam donde se calcula que habitan unas 120.000 parejas.
El hallazgo se produjo mientras los investigadores realizaban un censo rutinario, cuando observaron un polluelo de 15 a 20 días de tenía áreas de piel sin plumaje. Este ejemplar murió dos días después aunque no tenía síntoma alguno de otras enfermedades. El investigador del MNCN Andrés Barbos ha explicado que la presencia de esta patología en la Antártida supone que pese a ser una zona del mundo muy remota, significa que la enfermedad ya ha llegado hasta estas colonias, lo cual supone una amenaza más contra los pingüinos. "Precisamente el pingüino de Adelia es una especie muy vulnerable ante el cambio climático, que está reduciendo mucho sus áreas de distribución en la península antártica", ha destacado.
A los pocos días, a un kilómetro de distancia de donde se encontraba el primer pollo afectado, los investigadores observaron a otra cría que había perdido el plumaje de la cabeza. No pudieron examinar al animal para evaluar si se trataba de esta patología o de un problema de piojos pero no volvieron a ver al polluelo durante las dos semanas que estuvieron trabajando en la zona, por lo que Barbosa ha apuntado que "lo más probable es que muriera en los días siguientes a causa del síndrome de la pérdida de plumaje".
"Aún desconocemos cómo llegó la enfermedad hasta la colonia de la bahía Esperanza pero, si la causa es un agente patógeno, es posible que solo los ping~inos inmunodeprimidos desarrollen la enfermedad", explica el investigador. Además, ha añadido que aunque el síndrome no parece muy contagioso, es, sin embargo, "esencial"descubrir por qué se produce la enfermedad para conocer el riesgo que sufrirá la fauna de la Antártida y, si fuera necesario, establecer medidas de protección. La enfermedad provoca la caída de las plumas de las crías de pingüinos dejando la piel sin la protección contra el frío que proporciona el plumaje y provocando la muerte de los pollos. La primera vez que se detectó fue en pingüinos africanos, Spheniscus demersus, en 2006 y en pingüinos magallánicos, Spheniscus magellanicus, en 2007.
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