Ciencias humanas
Las arañas más venenosas son «primas hermanas»
Las arañas en Australia son uno de los animales más temidos sobre todo por las llamadas arañas de tela de embudo, capaces de matar a un humano en menos de media hora. Por las características de su veneno y la secuenciación de los genomas, un equipo de científicos ha descubierto que estas arañas y otro linaje de estos artrópodos al oeste del país están más emparentados de lo que se pensaba
Australia es uno de los países que sin duda concentra el mayor número de especies peligrosas. Las arañas no se quedan atrás y representan uno de los grupos que posiblemente mate a más seres humanos. Una de las culpables –hasta el desarrollo del antídoto en 1981– ha sido la araña de Sídney (Atrax robustus), considerada la más venenosa del mundo pudiendo matar a un niño en 15 minutos.
Pero estas arañas de tela de embudo, como son conocidas al este de Australia, podrían ampliar la familia. Un equipo de científicos de EE UU, Argentina y Australia ha descubierto que este grupo de arácnidos junto a otro del oeste del país, conocido como actinopódido, podrían ser primos relativamente cercanos.
Hasta ahora se pensaba que las arañas se habían separado de un ancestro común hace más de 200 millones de años. Pero por las características del veneno de ambas grupos (Atricinae y Actinopodidae), del cual un mismo antídoto podía salvar vidas, muchos biólogos ya sospechaban que las arañas podían ser familia.
Para entender cómo están relacionados estos artrópodos entre sí, un nuevo estudio, publicado en la revista Scientific Reports, ha permitido secuenciar ahora grandes fragmentos del genoma de las arañas de ambos lados del país a partir de ejemplares recién recogidos y especímenes de museo.
Los análisis demostraron que las arañas de tela de embudo y los actinopódidos están en realidad bastante emparentados, aunque los científicos desconocen cuándo divergieron de su ancestro común. Al resolver este misterio, el equipo descubrió además la existencia de tres familias taxonómicas de arañas nuevas.
“Las bases on line de datos taxonómicos ya han empezado a actualizarse para reflejar estos cambios. Hemos encontrado sin duda la relación que existe entre ellas”, señala Marshal Hedin, autor principal del trabajo e investigador en la Universidad Estatal de San Diego en EE UU.
En busca de mejores antídotos
Para los científicos, la historia genealógica de las arañas es importante para idear nuevos tipos de antídotos para tratar las mordeduras de una gran variedad de especies relacionadas. “Bastantes personas son mordidas cada año, pero básicamente ya no muere nadie gracias a la amplia disponibilidad de contraveneno”, apunta Hedin.
El veneno de los dos grupos de arañas del este y oeste del país se caracteriza por contener muchos tipos diferentes de moléculas peptídicas, incluidas las que van dirigidas específicamente a los insectos. Así, conocer cómo evolucionó el veneno podría ayudar a diseñar bioinsecticidas inofensivos para vertebrados.
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