Cádiz
Las orcas ibéricas, cada vez más acorraladas
Gracias a los más de 11.200 avistamientos de cetáceos realizados en diez años, investigadores españoles y portugueses han podido identificar al detalle la presencia de las orcas en el golfo de Cádiz, el estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán. Según los modelos generados, estos cetáceos están ligados a la distribución de su principal presa –el atún rojo– por lo que su presencia en aguas españolas, portuguesas y marroquís queda más limitada de lo que se pensaba.
En 2011, el Ministerio de Medio Ambiente consideró a la pequeña población de orcas (Orcinus orca) que habita aguas del sur de España como ‘vulnerable’, y la incluyó en el Catálogo Español de Especies en Peligro. Su inserción estaba justificada: las orcas que viven en esa zona pertenecen a un reducido grupo de individuos que cada año nadan entre el estrecho de Gibraltar y el golfo de Cádiz en busca de atunes.
A pesar de los esfuerzos para delimitar la distribución espacial de este limitado grupo de cetáceos, hasta ahora poco se sabía sobre los movimientos que realizan en primavera y verano en el mar de Alborán, el estrecho de Gibraltar y el golfo de Cádiz. El nuevo estudio, publicado en Journal of the Marine Biological Association of the United Kingdom, permite identificar con mayor precisión dónde se localizan cada año.
“Creamos dos modelos generalizados de presencia (avistamientos de orcas) y de pseudoausencia (avistamientos de otros cetáceos) con la información recogida de los 11.276 avistamientos producidos entre 2002 y 2012”, señala a Sinc Ruth Esteban, autora principal e investigadora en la Conservación para la información y la Investigación de Cetáceos (CIRCE, por sus siglas en inglés).
Los científicos crearon un modelo usando datos de primavera, cuando el atún rojo –la principal presa de las orcas– entra en el mar Mediterráneo, y otro modelo con datos de verano, cuando el atún rojo sale hacia el océano Atlántico.
Los resultados demuestran que las orcas están altamente asociadas con la distribución de los atunes durante su migración a lo largo de la zona de estudio. “Esto limita su distribución al golfo de Cádiz en primavera y el estrecho de Gibraltar en verano”, apunta Esteban.
Además, “cualquier disminución en la abundancia de atunes podría poner en peligro esta población de orcas”, añade la investigadora, que considera importante delimitar una zona marina exclusiva, donde las actividades humanas, como el avistamiento de cetáceos, los ejercicios militares o la pesca deportiva no interrumpan sus técnicas de depredación.
Un hábitat muy limitado
Según las predicciones del modelo generado con 278 avistamientos de orcas y 7.206 de otros cetáceos, en verano se ha podido predecir una alta presencia de orcas en la parte más occidental del centro del estrecho de Gibraltar.
En primavera, los 44 avistamientos de orcas procedentes de barcos de investigación, compañías de avistamiento de cetáceos y observaciones oportunistas y 3.746 de otros cetáceos, las orcas permanecen en dos zonas específicas: en la zona más oriental del golfo de Cádiz, en aguas poco profundas de España y Marruecos, y en el sur de Portugal, sobre todo cerca de Faro.
En el mar de Alborán solo se han registrado cuatro avistamientos de orcas en diez años. Por esta razón, los científicos no han podido identificar ningún área importante de hábitat con los modelos empleados en las otras zonas.
Durante el otoño y el invierno apenas se han observado orcas en las zonas de presencia habituales. “Posiblemente este grupo de mamíferos marinos viaje por aguas cercanas siguiendo la migración del atún”, concluyen los investigadores.
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