Ciencias humanas
Los perros recuerdan las cosas que les hacemos
Pueden repetir una acción hasta una hora después gracias a su memoria episódica.
Pueden repetir una acción hasta una hora después gracias a su memoria episódica.
Por mucho que la ciencia se empeñe, de momento no podemos hablar con los perros. Así que no es fácil averiguar qué están pensando... si es que piensan algo. Por supuesto, tampoco es sencillo saber qué recuerdan de nosotros cuando no estamos. Aunque este último aspecto puede que estemos algo más cerca de conocerlo gracias a una nueva investigación presentada ayer por etólogos de la Universidad de Budapest. Se trata de la primera demostración de que los perros tienen memoria episódica; es decir, pueden guardar en el recuerdo acontecimientos biográficos.
Hasta ahora, la presencia de esta memoria en animales no humanos había sido muy discutida. Se conoce que esta capacidad puede aparecer en primates y el comportamiento de algunas aves también han hecho pensar que tienen ciertas habilidades memorísticas de este tipo. Por ejemplo, los cuervos son capaces de enterrar alimentos en diferentes localizaciones y luego desenterrarlos en el orden en el que los enterraron. Posiblemente, con esta facultad, pueden ir recuperando alimentos en función del tiempo que llevan escondidos y evitar así su descomposición.
Pero más allá de estos fenómenos, poco más se sabe de la memoria episódica animal.
Dado que los perros son animales cuyo comportamiento está muy relacionado con la presencia de humanos, que son fáciles de amaestrar y que son considerados «inteligentes» por muchos de sus dueños, no es extraño que ellos sean el objeto de estudio ideal para este tipo de investigaciones cognitivas.
Los investigadores de Hungría sabían que un componente fundamental de la memoria episódica es su disponibilidad en cualquier circunstancia. Un recuerdo del pasado puede volver sin necesidad de «pedirlo». Cuando nos enfrentamos a una ecuación, el contexto nos obliga a recabar recuerdos sobre matemáticas instrumentales para resolverla. Pero la memoria episódica puede aflorar sin que medie una provocación: recordamos el nombre de nuestros padres, unas vacaciones, una película...
Con este dato, los etólogos diseñaron un experimento para saber si los canes también pueden recordar acontecimientos sin que el entorno los obligue a hacerlo. El trabajo consistió en adiestrar a los animales a participar en un juego de imitación convencional. El perro debe observar lo que hace un humano y hacer lo mismo. Por ejemplo, acudir a una esquina de la habitación donde hay un gran paraguas y tocarlo. Los perros son muy capaces de hacer esto, ya que su conducta de imitación es sobradamente conocida.
En este ejercicio no se evidencia ningún tipo de memoria episódica; se trata más bien de un acto de repetición. No hay constancia de que el animal pueda recordar en el futuro cómo fue el juego.
Por eso, los científicos añadieron una prueba más. El animal debía permanecer tumbado mientras veía al humano realizar una acción, y sólo cuando verbalmente se le decía «hazlo», el perro realizaba la imitación. El siguiente paso fue alargar el tiempo entre la acción a imitar y la orden. Se realizaba la acción, se extraía al perro de la sala, y varios minutos después se volvía a entrar en ella.
¿Recordaría el animal la acción que debía imitar? En prácticamente todos los casos, los perros pudieron realizar la acción simplemente tras escuchar la instrucción de «haz-lo», sin necesidad de que el humano le recordase lo que tenía que hacer.
Las pruebas se dilataron en lapsos de entre un minuto y una hora. Hasta una hora después, el perro podía recordar la acción que debía hacer. Aunque la rapidez de la respuesta y la cantidad de aciertos disminuyen con el paso del tiempo.
Desde un punto de vista evolutivo, esta investigación demuestra que la memoria episódica no es exclusiva de los seres humanos. Ni siquiera ha evolucionado sólo en los primates. Los perros podrían ser un buen modelo para estudiar la complejidad de la memoria animal, aunque puede que tengan una capacidad más desarrollada que otras bestias. Al fin y al cabo, ellos han evolucionado en compañía de humanos, y tener una buena memoria episódica, es decir, saber recordar las cosas que les hacemos o les dejamos de hacer, les puede haber dado una buena ventaja para sobrevivir.
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