Experiencias

Morí, pero regresé para transmitir la verdad sobre la vida: así es como se ve realmente el cielo

La artista griega Nicole Meeuws asegura haber cruzado el umbral de la muerte y haber regresado con un mensaje claro: la vida no es lo que creemos y el cielo existe, pero no como lo imaginamos

Morí, pero regresé para transmitir la verdad sobre la vida: así es como se ve realmente el cielo
Morí, pero regresé para transmitir la verdad sobre la vida: así es como se ve realmente el cieloFreepik / The Sun

Pocas experiencias despiertan tanta fascinación e incertidumbre como las llamadas experiencias cercanas a la muerte. Para Nicole Meeuws, artista y residente en Grecia, lo vivido en 2015 durante una intervención médica no fue un mero episodio clínico: fue una visita real al más allá, una travesía que, según su testimonio, cambió su percepción de la vida, la muerte y el propósito de la existencia humana.

Nicole, que hoy tiene 49 años, fue declarada clínicamente muerta durante dos minutos tras sufrir complicaciones derivadas de una cirugía urgente provocada por la pérdida de un embarazo. En ese breve lapso, afirma haber atravesado un túnel de luz y haber ingresado en un espacio inmenso y vibrante, donde fue recibida por seres que no dudó en describir como de otro mundo.

La revelación de Nicole en el más allá

Según su testimonio, recogido por el medio británico The Sun, Nicole no sintió miedo en ningún momento. “Fue como volver a casa”, explica. Describe haber atravesado un túnel de tonos azulados y blancos, “vivo, como hecho de agua y música”, que desembocaba en una cámara colosal iluminada por colores desconocidos para la vista humana: plateados brillantes, violetas suaves y azules intensos.

Allí la esperaban dos seres de apariencia majestuosa, con ojos índigo, facciones humanas, pero también rasgos inusuales como branquias suaves en sus mejillas y colas cubiertas de escamas en lugar de piernas. Aunque no pronunciaron palabra alguna, Nicole asegura que se comunicaron con ella mediante telepatía, transmitiéndole una serie de revelaciones: que la vida en la Tierra es una ilusión, que su misión no era ser madre, sino enseñar a otros sobre la verdadera naturaleza de la existencia, y que la muerte no es un final, sino el regreso a un estado original.

Lo que sucedió después sorprendió a los presentes en la sala del hospital. Nicole volvió a la vida con una lucidez distinta, y durante varios minutos sólo pudo comunicarse mediante sonidos que comparó con “chasquidos de delfines”, en un idioma desconocido para ella. Su esposo, un médico especialista, fue testigo de su estado alterado, en el que también dijo percibir emociones como colores y sonidos sin fuente clara.

Desde entonces, Nicole asegura haber tenido visiones recurrentes de las entidades azules que la guiaron en aquel otro plano. Atribuye su origen a una tribu interdimensional llamada Apkallu, supuestos seres semidivinos de tradición mesopotámica que habrían transmitido sabiduría a la humanidad en tiempos antiguos. Aunque no hay pruebas verificables de su existencia, Nicole sostiene que estos seres tienen un propósito claro: recordarnos que “el amor es más fuerte que la muerte”.

El testimonio de Meeuws no es único, aunque sí profundamente detallado. Investigaciones científicas han documentado cientos de casos similares, en los que pacientes que experimentaron paros cardiacos o estados clínicos graves relatan haber percibido luces, entidades, túneles o una profunda sensación de paz. Algunas teorías neurocientíficas lo explican como una reacción del cerebro ante la falta de oxígeno o una liberación masiva de endorfinas en momentos de crisis extrema. Otras corrientes, sin embargo, abren la puerta a interpretaciones más metafísicas.

Para Nicole, la experiencia no fue ni simbólica ni imaginaria. Insiste en que vivió una realidad más plena que la que ahora habita. “Sentí que lo entendía todo”, afirma. Desde entonces, dedica su vida a compartir su visión con otros y a fomentar la idea de que el miedo a la muerte no tiene sentido. “El cielo no es un lugar al que se llega después de morir; es nuestro verdadero hogar. Aquí, sólo estamos de paso.”

El mensaje final que, según Nicole, le fue transmitido, no pretende convertir a nadie ni imponer creencias, sino invitar a la reflexión. “Todo lo que existe surge de una misma chispa. El amor es el lenguaje del universo, y sólo a través de él podremos transformar este mundo”.

Mientras la ciencia continúa explorando los límites de la conciencia y la espiritualidad, relatos como el de Meeuws siguen alimentando un eterno debate: ¿es la muerte una puerta cerrada o una que se abre hacia algo más vasto e incomprensible? Para ella, la respuesta es clara. Y la luz al final del túnel, lejos de ser un mito, fue el comienzo de una nueva forma de ver la vida.