
Día Internacional
Mujeres a los 50 años, la "generación sándwich" atrapada entre cuidados a padres e hijos
En España, los cuidados de hijos, padres o de cualquier otra persona con necesidades de apoyo siguen estando mayoritariamente en manos de las mujeres

Más de la mitad de las personas que cuidan a dependientes en España pertenecen a la conocida como "generación sándwich", mujeres de entorno a los 50 años que asumen responsabilidades del cuidado de los padres y que aún siguen atendiendo a sus hijos, y la mayoría de ellas trabajando.
En España, los cuidados de hijos, padres o de cualquier otra persona con necesidades de apoyo siguen estando mayoritariamente en manos de las mujeres, mientras se aprecia un ligero avance de los hombres en esa tarea: hay más mayores que se incorporan poco a poco al cuidado de sus esposas y jóvenes que lo comparten con sus parejas.
En el Día Internacional de las Personas Cuidadoras, que se celebra este miércoles, los estudios coinciden en que el perfil del cuidador es el de una mujer, de entre 31 y 60 años, que compagina esa atención y el trabajo en el caso del familiar y que es extranjera, en el ámbito de los cuidados profesionales.
'Generación sándwich', cuidan pero no esperan ser cuidadas por su familia
"La generación sándwich asume responsabilidades respecto a la atención de los progenitores, que en estos momentos pueden llegar a edades muy avanzadas, y también de unos hijos que cuesta que se independicen por las dificultades del mercado laboral con salarios bajos y los precios de la vivienda, inasequibles para gente joven", explica a EFE la antropóloga social Dolors Comas d'Argemir.
Sin embargo, la investigadora destaca que esa generación de mujeres que en pocos años va a ser mayor no va a contar con el colchón familiar que actualmente tienen muchas de las personas mayores.
"Las familias son hoy mucho más reducidas y también están más fragmentadas", argumenta. "Es una generación que lo tiene complicado desde el punto de vista de los cuidados; hay que hacerse a la idea de que esa generación no va a tener el apoyo que todavía tienen ahora las personas mayores de sus familias, y por tanto es muy importante garantizar el derecho al cuidado", añade.
En este contexto, para la experta, juegan un papel decisivo los profesionales de los cuidados, cuya demanda se incrementará en los próximos años. "Las necesidades de profesionales para los cuidados de larga duración es una verdadera emergencia", asevera Comas d'Argemir, quien recuerda que la mayoría de esos trabajos están cubiertos por mujeres extranjeras.
La profesora emérita de la Universitat Rovira i Virgili incide en cómo los cambios que se están produciendo en los hogares afectan a la participación de los hombres en los cuidados. "Hace años una mujer mayor siempre iba al médico con su hija, ahora muchas de ellas van con sus maridos porque sus hijas están muy ocupadas con el trabajo o con otras responsabilidades familiares".
Respecto a los hijos varones, subraya que "ahora las nueras cuidan menos que hace tiempo". "Estamos en un país en que hay muchos divorcios, muchas separaciones y las segundas o terceras relaciones no tienen la misma implicación con los padres de su pareja".
"Hay más hijos que se han de ocupar de sus padres, porque en un país donde se tienen pocos hijos a quien le toca, le toca, pero cuando se está en el mercado de trabajo se intenta solucionar el tema a través de las cuidadoras profesionales", concluye.
Los datos de los cuidados
En España hay 95.372 cuidadores no profesionales de personas dependientes, según los datos a 30 de septiembre de 2025 del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD); el 87 % son mujeres y el 62 % tienen más de 50 años.
Son personas de la familia o del entorno que prestan la atención al dependiente en su domicilio y que suscriben un convenio especial con la Seguridad Social, sin tener que pagar las cotizaciones, para que los años dedicados al cuidado se integren en su vida laboral y generen derecho a prestaciones como la de jubilación o la de incapacidad permanente.
Según una encuesta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, el 88,5 de las personas cuidadoras son mujeres y 11,5 hombres; por grupos de edad, la mayoría tienen entre 41 y 50 años (35,4 %), 51 y 60 años (28,7 %), y 31 y 40 años (18,5 %).
El Observatorio Cinfa de los Cuidados mostró recientemente en un estudio que el 51,1 % de quienes atienden un familiar mayor tiene también hijos a su cargo. Son mujeres que rondan los 50 y que asumen los cuidados de padres o personas mayores y también de sus hijos; el 86,1 % lo compaginan con su actividad profesional.
Un análisis de Oxfam Intermón sobre las condiciones sociolaborales de las trabajadoras de hogar y cuidados en España señala que más de 565.000 personas están empleadas en el sector, el 87 % son mujeres, un 69 % tienen nacionalidad extranjera o doble nacionalidad y una de cada tres trabaja en la informalidad.
Cruz Roja también coincide con ese perfil: "El cuidado se sigue conjugando en femenino y singular, con predominio de hijas y esposas", y la mayoría de los cuidados siguen siendo familiares y no remunerados, señala a EFE Aurora González Eirín, técnica del programa de personas mayores, con discapacidad y cuidadoras de la entidad.
Y añade, la presencia masculina es baja aún, "aunque su incorporación está creciendo lentamente".
Acompañar al que cuida
Los cuidadores desarrollan una importante carga física y emocional al asumir la responsabilidad de aspectos de la vida de la persona dependiente, como su medicación, higiene, alimentación e incluso en ocasiones tomar decisiones por ella.
Las horas de cuidados suelen ir en aumento, lo que va limitando la independencia del cuidador, que se va descuidando, sale menos o se relaciona menos, paralizando durante algunos años su proyecto vital, advierten los geriatras.
Ansiedad, estrés, depresión, fatiga, dolores musculares, insomnio, y mayor riesgo de enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión son algunos de los problemas de salud más frecuentes.
Programas como el de Cruz Roja 'SerCuidadorA', ofrece un espacio al servicio de las personas cuidadoras con el objetivo de cuidar a los que cuidan.
Tomarse un momento del día para respirar y recordar que te mereces tiempo para ti o aprender a decir no sin sentirse culpable, son algunas de las pautas para esos cuidadores informales a los que recuerda que querer agradar siempre es un desgaste enorme.
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