¿Necesidad real o adicción?

l ¿Cuándo el uso del teléfono móvil puede llegar a convertirse en una adicción?

–En el momento en que dejas otro tipo de obligaciones realmente necesarias diariamente por el mero hecho de estar conectado al aparato telefónico. Esto genera una dependencia tecnológica incontrolable por la persona.

l ¿Qué caracteriza a las personas que no pueden separarse de su móvil?

–Todas guardan un patrón común: son impulsivas, y además, necesitan una respuesta inmediata de aquello que buscan. La impulsividad es la «punta del iceberg». No todos los «enganchados» son adictos: es importante diferenciar entre la persona que utiliza el teléfono como un instrumento de trabajo de aquella que se encuentra continuamente mandando Whatsapps o SMS por pura distracción.

l ¿Cuál es el perfil del adicto a los dispositivos móviles?

–No hay ningún perfil concreto. Es cierto que cuanto más joven se es, hay una mayor probabilidad de ser impulsivo. Esta enfermedad se ubica dentro del trastorno de control de los impulsos. Dentro de esto hay varios paquetes: patológico, piromano, cleptomano. Aunque no está catalogada específicamente como enfermedad psiquiátrica. Estas personas han de someterse a una intervención farmacológica, junto a una psicotécnica de tipo cognitivo-conductual con el propósito de cambiar los pensamientos y las conductas del paciente.

l ¿Cuál es el futuro del problema?

–Todo lo referido a la impulsividad va a dispararse en los próximos años. Es un problema cultural: ahora necesitamos velocidad e inmediatez. La tendencia es al alza en el futuro más inmediato. Es bueno que los medios informen sobre todas las adicciones.