Opinión

Nicea, 1.700 años después

Fue el primer Concilio Ecuménico de la Iglesia y se celebró en 325 en la que entonces se llamaba Nicea y hoy es la ciudad turca de Iznik

El Papa, junto al Patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, el Metropolita Siro-Ortodoxo, Jean Kawak, el Vicario Patriarcal Armenio Apostólico y otros representantes de las comunidades protestantes.
El Papa, junto al Patriarca de Constantinopla, Bartolomé Ilarazon

El de Nicea fue el primer Concilio Ecuménico en la historia bimilenaria de la Iglesia. Lo convocó el emperador Constantino y fue presidido como legado del Papa Silvestre I por el obispo Osio de Córdoba. Acudieron unos trescientos obispos que discutieron sobre la divinidad de Jesucristo y aprobaron el que ahora se conoce como símbolo niceno constantinopolitano, el credo que rezamos en las Misas y que afirma que Cristo, hijo de Dios, «fue engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre». El Concilio se celebró en 325 en la que entonces se llamaba Nicea y hoy es la ciudad turca de Iznik. El próximo año se cumplirán, pues, 1.700 años de tan importante acontecimiento eclesial.

El patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé ha invitado al Papa Francisco a celebrar juntos esa fecha. Lo ha hecho en una carta entregada al Santo Padre por una delegación ortodoxa presidida por el metropolita Emmanuel de Calcedonia, que acudió a Roma para celebrar la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo.

En el discurso que Bergoglio les dirigió el 28 de junio aseguró que «es un viaje que deseo realizar con todo el corazón», considerando que «la memoria de ese importantísimo acontecimiento pueda hacer crecer en todos los creyentes en Cristo Señor la voluntad de testimoniar juntos la fe y el anhelo de una mayor comunión».

Será pues, si el anuncio se confirma, la tercera vez que el Papa y el patriarca viajen juntos. Lo hicieron en el año 2014 a Jerusalén para conmemorar los cincuenta años del histórico abrazo entre Pablo VI y el patriarca Atenágoras. Dos años más tarde se reunieron para visitar en la isla griega de Lesbos un campo de refugiados. Esta vez será necesario que el presidente del país, Erdogan, invite de manera oficial al Pontífice para visitar Turquía.