Caso Marta del Castillo
«No entiendo cómo no han encontrado el cuerpo ya»
La declaración de miguel carcaño ante el juez el 1 de julio
Fueron 45 minutos de videoconferencia. Miguel respondía desde la cárcel y el juez y los abogados preguntaban desde Sevilla. LA RAZÓN reproduce el interrogatorio.
Miguel: «El 22 de febrero de 2013 me tomaron declaración dos policías. Yo pedí que vinieran a verme porque había decidido contar toda la verdad. Cuando me preguntaron por dónde había enterrado el cuerpo, es cierto que les dije en el margen izquierdo de la carretera que une Sevilla con La Rinconada. No sé con exactitud a qué altura, porque no recuerdo el lugar. Fui varias veces con la Policía, y es cierto que marqué sobre el terreno la zona donde seguro que está el cuerpo. Yo no mentí, dije la verdad y la mantengo. Está allí. Luego me pidieron que me sometiera a la P300. Con los resultados, la Policía me llevó a otro lugar distinto, a la escombrera de Camas».
Juez: «¿Y no les dijo usted a los agentes que Marta estaba allí?».
Miguel: «No, yo no les dije eso. No reconocí en ningún momento que Marta estuviera allí. Ni les animé a seguir buscando, ni les di garantías de que aquel era el sitio bueno».
Juez: «¿No reconoció usted que había mentido?».
Miguel: «No, yo no me he desdicho. El 22 de febrero de 2013 conté la verdad. El cuerpo está en La Rinconada».
Juez: «¿Pero no mandó usted una carta a su hermano a través de sus abogadas, escondiéndomela a mí en la que decía que sabía dónde estaba enterrada Marta?».
Miguel: «Sí, es cierto que mandé la carta, pero lo hice porque conocía la zona pero no el lugar exacto del enterramiento y él sí».
Juez: «Entonces, ¿cómo es posible que no haya aparecido el cuerpo?».
Miguel: «La verdad, me parece imposible que no hayan encontrado el cuerpo».
Juez: «Responda ahora a las preguntas del Ministerio Público».
Fiscal: «No hay preguntas, señoría».
Juez: «¿Tiene preguntas la acusación particular?».
Abogada de la acusación: Una sola pregunta. ¿No es más cierto que mintió usted respecto al lugar del cuerpo, y con la repercusión en los medios de comunicación, hacer daño a la familia de Marta?».
Miguel: «No, no es cierto. Cuando conté lo de La Rinconada nunca quise ni pensé en hacer daño a la familia de Marta».
Juez: «La defensa».
Abogada de la defensa: «¿Sabe usted si en los días siguientes su hermano Francisco Javier pudo ir solo al paraje de la Rinconada donde se enterró el cuerpo?».
Miguel: «No sé si mi hermano, después de ir dos veces conmigo y enterrar el cuerpo, pudo acudir sin que yo lo acompañara».
Abogada de la defensa: «No hay más preguntas».
Miguel: «Señoría, he escrito algo, ¿me permite leerlo?».
Juez: «Léalo».
Miguel: «Me sometí voluntariamente a la P300 para tratar de concretar el sitio porque la zona es muy amplia. Nunca he tenido la intención de causar dolor a la familia de Marta. Cuando conté lo de La Rinconada es porque quería ayudar, porque quería poner punto final. Yo ya estoy condenado con sentencia firme, así que si hablo es porque quiero que todos descansemos en paz, pero no tengo obligación de hacerlo y ella está en la zona de La Rinconada».
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