Embarazo

Operan con éxito a un niño que nació sin pulgares

Imagen de Connor junto a su madre
Imagen de Connor junto a su madrelarazon

La reacción instintiva de cualquier padre al ver nacer a su hijo es contar los dedos de las manos y de los pies para saber que está bien. Eso es lo que hizo Jason Woodle y comprobó que algo estaba mal. "Miré al pediatra y le dije, creo que tenemos un problema con los números, aquí falta algo", dijo a "Today"Woodle, que vive en Charlottesville, Virginia. "Fue una gran sorpresa para todo el mundo... En realidad era bastante desconcertante".

Connor nació en 2012 sin sus pulgares, una rara enfermedad llamada aplasia del pulgar, que afecta a aproximadamente uno de cada 100.000 recién nacidos. La causa sigue siendo un misterio para los científicos.

A pesar de que no era un caso grave, que pusiera en peligro la salud de su hijo, Woodle comenzó a preocuparse por el futuro de Connor: "Mis primeros pensamientos fueron: ¿cómo va a ser capaz de desenvolverse en el mundo? Desde ponerse guantes, poder pescar o jugar a un videojuego. Incluso para algo tan simple como tocar una barra espaciadora en el teclado del ordenador", dijo.

A medida que crecía, Connor aprendió a recoger objetos entre su dedo índice y corazón, similar a como lo hacen los cangrejos. La gente, obviamente, pueden sobrevivir sin los pulgares, pero incluso las tareas más simples le van a su poner una dificultad, dijo explicó el doctor Bobby Chhabra, un cirujano ortopédico y co-fundador de la Universidad de Virginia Hand Center. "Ciertos trastornos genéticos pueden causar deformidades en las manos de un feto, que se desarrollan en los dos primeros meses de embarazo", aclaró.

Ante esta situación, los médicos se propusieron convertir los dedos índices en pulgares, una cirugía muy compleja porque requiere recortar el dedo que se va a colocar y volver a conectar los vasos sanguíneos y los nervios del dedo, que en el caso de un niño es más complicado que en un adulto.

Otra de las preocupaciones de los médicos era asegurarse de que el dedo podría crecer normalmente, de modo que cuando Connor fuera un adulto no tuviera el pulgar del tamaño de un bebé.

"Esta es una de las operaciones más complejas que he hecho, porque la mano de un niño es muy pequeña. Las estructuras, los vasos sanguíneos, los nervios... Todo es minúsculo", indicó.

La cirugía se produjo el año pasado, en la edad óptima porque es el momento en el que los niños comienzan a desarrollar la psicomotricidad fina y tienen una gran capacidad para adaptarse, dijo Chhabra. "Si un adulto tuviera que someterse al mismo procedimiento, tendría dificultades para aprender a usar su nuevo pulgar debido a que el cerebro de un adulto no tiene la misma capacidad de adaptación", añadió.

Woodle aún recuerda el momento en que vio por primera vez la marca nueva pulgar de su hijo. "Se me caían las lágrimas. Fue una gran sensación para mí y para él, que cuando despertó, levantó la mano y se quedó mirando el resultado".

Con ambas cirugías completas, el niño, que ahora tiene 2 años y medio, se ha adaptado perfectamente. Puede recoger cosas pequeñas, levantar objetos pesados, como una taza llena de leche o utilizar lápices de colores.