Orejas de soplillo, ¿un motivo para operar a tu hijo?

La operación de los pabellones auriculares es muy común en niños. Sobre todo en este período del año, ya que es bastante frecuente que la intervención se realice antes de la primera comunión. Según el equipo de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, se trata de una intervención bastante sencilla y la decisión de operarse suele derivarse bien de una baja autoestima.

Los expertos consideran que siempre se debe esperar a que el niño exprese ese complejo y qué es lo quiere quiere hacer al respecto. Asimismo, cabe destacar que en menores de 12 años la operación se realiza con anestesia general.

El psicólogo Esteban Cañamares se muestra escéptico y no cree que, en la mayoría de las ocasiones, las orejas de soplillo constituyan un motivo de peso para permitir que tu hijo se someta a una operación de este tipo y cree que una intervenció estética así «debería aplicarse solo en casos muy llamativos, ya que suelen llevarlas a cabo médicos privados y hay intereses».

Además, considera que «la afirmación de que el niño está amargado por tener unas orejas grandes casi nunca es verdad. Muchas veces los padres viven una segunda infancia con los hijos y quieren mejorarse a través de los niños».

Según Cañamares, «todos tenemos algo que no encaja en el patrón ideal. La falta de autoestima no deriva de nuestros defectos sino que cuando tenemos poca autoestima damos un valor exagerado a los mismos», dejando así que nos atormenten o nos cohiban.

En su opinión, trabajar la autoestima y la aceptación de los defectos es clave para cualquier persona, sea cual sea su edad. «La persona debe admitirse como es y convivir con naturalidad con sus defectos. Por supuesto que, después si quiere, puede operarse. Pero antes debería haberse aceptado ya que a veces estas cosas son sólo la punta del iceberg, tras el cual se esconde una falta de autoestima y de habilidades sociales».