Sanidad
Los pacientes con cáncer renal metastásico no pueden acceder en España al mejor tratamiento disponible
Sanidad ha rechazado incluir en la prestación farmacéutica alguna las tres terapias combinadas que si se financian en el resto de los países de la UE
El dinero público que se invierte en la financiación de medicamentos es limitado. Nadie discute esa realidad, ni que la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM), órgano dependiente del Ministerio de Sanidad, esgrima los argumentos de "impacto presupuestario en el Sistema Nacional de Salud (SNS)" y "racionalización del gasto público" cuando rechaza la financiación de una terapia innovadora.
Pero hay situaciones flagrantes que no pueden entenderse en un país que es líder europeo en ensayos clínicos en el ámbito de la oncología médica.La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) autorizó 930 estudios el año pasado.
Mientras se consiguen grandes avances en acceso a tratamientos innovadores para algunas patologías, otras se quedan en el olvido, con el consecuente perjuicio para los enfermos que las padecen.
Este es el caso del cáncer de riñón, un tumor no especialmente mediático, bastante invisible y sobre el que apenas existe concienciación que, a juicio de los expertos en su abordaje, es como «el hermano pobre» de otras neoplasias como las de mama, colon o pulmón.
Sin embargo, en España tiene una prevalencia de más de 66.000 casos y se detectan más de 9.000 nuevos casos cada año, con una mortalidad muy elevada, que llega a superar incluso el 25%. "En un contexto como el actual, en el que existen estrategias de diagnóstico precoz en gran parte de los tumores, el cáncer renal es una ‘rara avis’, ya que debuta con síntomas inespecíficos, lo que dificulta en gran medida su detección", explica Aránzazu González del Alba, coordinadora de la Unidad de Tumores Genitourinarios del Hospital Puerta de Hierro, de Madrid, y presidenta del Grupo Español de Oncología Genitourinaria (Sogug).
De hecho, más del 50% de los casos se diagnostican de manera casual cuando el paciente se somete a una prueba de imagen por otro tipo de cáncer. En el momento en el que se detecta, un 25% de los pacientes con cáncer renal presenta ya un estadio avanzado, y entre el 20-50% de los diagnosticados en estadios tempranos que se someten a cirugía progresan a una enfermedad metastásica.
Un grupo de pacientes no responde
La mayoría de los pacientes con enfermedad metastásica de pronóstico intermedio o malo pueden ser tratados con la doble inmunoterapia –con la que hoy se consigue una supervivencia de hasta un 30% a 9 años– pero hay un grupo de personas con tumores agresivos y de gran volumen (unos 1.000 pacientes al año) que se beneficiaría más de una combinación de inmunoterapia y fármacos antiangiogénicos (inhibidores de la tirosina-quinasa-TKI), recomendada por las guías clínicas nacionales e internacionales y financiada en la mayoría de los países de nuestro entorno. Menos en España.
La CIPM ha rechazado, en los últimos cuatro años y por cuestiones de precio, la financiación de hasta tres de estos tratamientos combinados aprobados por Europa que han mostrado una mejoría significativa en la supervivencia global y en la calidad de vida de este perfil de pacientes.
"Todas las guías clínicas recomiendan estas combinaciones con el máximo nivel de evidencia. Por eso, necesitamos que Sanidad financie al menos una de las tres que están autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento", señala González del Alba. "Esto es lo que llevamos cuatro años solicitando, máxime cuando, con este tiempo que ha pasado, ya hay evidencia a cinco años que consolida sus resultados en todos los pacientes, pero especialmente en el grupo antes citado", añade esta especialista.
Los motivos que esgrime la CIMP para denegarlos es que ya hay financiados tratamientos igual de efectivos, "pero esto no es así porque en ese perfil concreto de pacientes la doble inmunoterapia no es igual de efectiva porque es más lenta", explica la experta.
"El paciente progresa antes de que pueda tener una respuesta positiva; es decir, que fallece. Por eso, necesitamos combinar la inmunoterapia con un TKI, ya que así conseguimos tasas de respuesta muy elevadas, retraso en la progresión del tumor y, sobre todo, un índice de progresiones muy bajo (por debajo del 10% en algunas combinaciones)", añade.
España, una excepción en la UE
España es una excepción en el ámbito europeo porque en todos los países hay financiada al menos una de estas combinaciones de fármacos. A esto se añade la complicación de que, al tener una resolución de no financiación, ningún paciente puede beneficiarse de estas terapias combinadas, ni siquiera de manera excepcional.
"Hay que insistir en que el problema fundamental es la falta de acuerdo entre las partes implicadas, por un lado el Ministerio y, por otro, las farmacéuticas que solicitan la financiación de las combinaciones en cuestión", matiza la oncóloga.
"Desde Sogug debemos seguir reivindic ando la necesidad clínica no cubierta que tienen los pacientes de cáncer renal metastásico, y por ello solicitamos la financiación de al menos una de estas combinaciones", destaca.
"Mientras que en los países vecinos todas las combinaciones están disponibles, en España las tres autorizadas por la EMA con indicación en cáncer renal avanzado cuentan con resolución negativa de financiación", señala el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón (Alcer), Juan Carlos Julián. "Tener un cáncer renal en este país significa tener menos posibilidades de supervivencia que en el resto de los estados europeos de nuestro entorno. Para encontrar un caso igual que el de España hay que ir a Europa del Este", lamenta.