Pagar por salvar vidas en el Mediterráneo

Los tres bomberos sevillanos absueltos costearon de su propio bolsillo el traslado a Grecia.

Las imágenes del cuerpo del pequeño Aylan, arrastrado por la marea hasta una playa de Turquía, conmovieron al mundo y sirvieron para remover muchas conciencias. Los tres bomberos sevillanos Manuel Blanco, Julio Latorre y Quique Rodríguez declarados ayer inocentes no se quedaron impasibles ante el drama de los refugiados y acordaron pasar a la acción. Fue en 2015 cuando decidieron compaginar su plácido día a día en el parque provincial de bomberos del Alajarafe sevillano, una comarca plagada de urbanizaciones tan sólo alteradas por el incesante tráfico de la autovía de Huelva, con una labor que les ha costado dinero y demasiados quebraderos de cabeza: salvar vidas en las costas de Grecia. Reunieron algunos ahorros y pusieron en marcha la ONG Proemaid, con el objetivo de ayudar a los refugiados que llegan en pateras a uno de los epicentros de este drama humanitario. Por ello, no dudaron en dejar atrás a sus familias durante varias semanas y sumarse así a los equipos de rescate.

Es la mejor cara de la solidaridad. Profesionales que no sólo se centran en los problemas más cercanos, actuando cuando son requeridos, sino que tienen una visión más amplia y, sobre todo, mucha empatía y ganas de luchar por un mundo mejor. No lo dudaron, sin importales el frío ni las noches en vela pendientes de la llegada de las embarcaciones, llenas de hombres, mujeres y niños con vidas lastradas por la guerra y la pobreza. En la madrugada del 14 de enero de 2016, cuando fueron detenidos y trasladados al calabozo por un presunto delito de tráfico de personas, no tenían previsto salir al mar porque su embarcación estaba siendo reparada. Falta hacía porque ese mismo mes, según datos de la ONU, habían llegado a las costas de Grecia un total de 67.415 personas en busca de protección.

Sin embargo, una llamada de auxilio de la ONG danesa Team Humanity les puso en alerta y no dudaron en colaborar. Y allí fueron, a intentar rescatar a las personas que viajaban en una barca a la deriva. Fueron trasladados al calabozo, donde pasaron tres días hasta pagar una fianza de 5.000 euros. Reconocen que estos dos años han sido un infierno, y no sólo en lo económico. La declaración jurada que presentaron ante el tribunal de primera instancia de Lesbos les costó casi 3.000 euros, poniendo en riesgo así la continuidad del proyecto de Proemaid. Estos tres bomberos también han conseguido algo que parecía imposible: poner de acuerdo a los partidos andaluces. Varios representantes acudieron a Mitilene para arroparlos. El jueves volverán a Sevilla y sus compañeros ya preparan un recibimiento por todo lo alto.