Salud

Pánico entre las embarazadas: "Nos reunimos para apoyarnos"

Inmaculada Ruiz y Concepción Román esperan a sus bebés sumidas en la preocupación. Hablan del «mazazo» que supuso enterarse del diagnóstico. Ayer se produjeron tres abortos, que se suman a los dos anteriores.

Concepción Román, a las 33 semanas de gestación, está ingresada en el hospital Virgen del Rocío por tener un embarazo de riesgo. Foto: La Razón
Concepción Román, a las 33 semanas de gestación, está ingresada en el hospital Virgen del Rocío por tener un embarazo de riesgo. Foto: La Razónlarazon

Inmaculada Ruiz y Concepción Román esperan a sus bebés sumidas en la preocupación. Hablan del «mazazo» que supuso enterarse del diagnóstico. Ayer se produjeron tres abortos, que se suman a los dos anteriores.

Quince días han pasado ya desde que la Junta de Andalucía decretara la primera de las tres alertas sanitarias por el brote de listeriosis en Andalucía. Quince días de preocupación y de temores sobre un brote provocado por la ingesta de carne mechada de la marca «La Mechá» que se ha cobrado ya tres vidas, cinco abortos y 204 personas afectadas, de las que 197 se encuentran hospitalizadas en Andalucía. Desde el inicio de la alerta la preocupación se centró en personas que habían ingerido dicho producto y, sobre todo, en los pacientes de alto riesgo, es decir, niños, mayores, personas que padecen enfermedades crónicas y embarazadas. En este último caso se encuentran Inmaculada Ruiz Hita y Concepción Román. Dos mujeres en avanzado estado de gestación que consumieron el producto de la marca «La Mechá» antes de decretarse dicha alerta sanitaria. «Nunca antes había comprado ni había comido carne mechada pero lo hice el 5 de agosto y la comí con mi familia dos días después», reconoce Concepción. Inmaculada en cambio la tomó para desayunar, el pasado miércoles 14 de agosto, en un bar y, por la noche, «me dio en cara, no pude ni dar el primer bocado al sandwich que me había preparado para cenar». «Cada persona es un mundo, una amiga y su marido también la comieron y no les ha pasado nada», explica Inmaculada y se lamenta de que, en cambio, «yo sí la tengo». Ambas mujeres acudieron a los centros hospitalarios tras empezar los primeros síntomas de «fiebre, intensos dolores musculares, vómitos y diarreas», en el caso de Inma el primer diagnóstico que recibió fue de gastroenteritis mientras que en el de Concha tuvieron que ingresarla por una amenaza de parto prematuro con contracciones. Inma llegaba al hospital en la semana 22 de su embarazo y Concha en la 30. «Lloré como una magdalena porque no sabía qué tenía y si le podía afectar a mi bebé», recuerda Inma. Tras las primeras pruebas los facultativos que la estaban tratando la tranquilizaron, «me dijeron que había venido a tiempo y que había tratamiento». «Me emocioné al ver que se movía y que su corazón latía» y reconoce que «pasé del llanto a la risa» y recuerda que, en ese momento, sólo podía decirle a su marido «se mueve, se mueve y es un niño».

Pero las dos recibieron la peor de las noticias, los hemocultivos dieron positivo. Para Concha fue «un mazazo» ya que «tenía la esperanza, a pesar de haberla comido, de que sólo tuviera un virus». Una vez en planta «empezamos a enterarnos de todo lo que sucedía» comenta Inma y añade que «nos apoyábamos unas a otras y hacíamos reuniones en una habitación cuando alguna se venía abajo». Las dos coinciden en alabar la respuesta del personal del hospital Virgen del Rocío al afirmar que «han tomado las riendas desde el principio y ante cualquier pequeño síntoma nos llevan rápido a monitores y nos tranquilizan». Inmaculada ya está en casa, recibió el alta y tendrá que volver el próximo 6 de septiembre para hacerse nuevas pruebas debido a que su embarazo es de alto riesgo y más después de haber tenido la bacteria. Concha en cambio permanece aún en el hospital con contracciones provocadas por la bacteria. Las dos aguardan con impaciencia el momento de dar a luz a sus bebés –Inma a un niño que nacerá el 5 de enero y Concha saldrá de cuentas el próximo 17 de octubre y ya sabe que será una niña–. Los bebés, según los facultativos, se encuentran con «buen peso y todo dentro de la normalidad» aunque las dos saben que, tras dar a luz, sus hijos tendrán que permanecer ingresados durante dos semanas para recibir un tratamiento de antibióticos.

La Junta de Andalucía confirmó ayer que el segundo fallecimiento, que se estaba investigando al tratarse de un enfermo de cáncer, fue motivado por la bacteria. El consejero de Salud, Jesús Aguirre, compareció en el Parlamento y confirmó que la Administración andaluza se personará como acusación particular en caso de abrirse la vía penal, mientras que los grupos de la oposición le exigieron dimisiones. El Ayuntamiento de Sevilla, por su parte, formalizó la denuncia ante la Fiscalía contra Magrudis por un delito contra la salud pública y ordenó «la clausura permanente de la actividad», quedando la fábrica precintada «así como la cámara frigorífica en la que se han almacenado bajo la supervisión de inspectores de Consumo los productos devueltos por los distribuidores durante los últimos días». En paralelo a la denuncia, se están tramitando expedientes por las irregularidades administrativas en relación con los permisos municipales necesarios, de los que carecía la empresa. El Ayuntamiento, al que la Junta acusa de no informar de la comercialización de chorizos, aseguró que «los inspectores preguntaron expresamente al gerente» y «el responsable comunica que los chorizos ‘’fueron una prueba que hizo, no había distribución reciente’’». Magrudis tampoco informó de la comercialización de morcillas. El Ayuntamiento también investiga una segunda línea de producción oculta de otras empresas y comercializados por Magrudis. En cualquier caso, no hay indicios de que pueda existir contaminación en ninguno de estos productos». De momento, han dado positivos en los análisis, la carne mechada, el lomo al pimentón y el lomo al Jerez, así como el carro de horneado. La crema de carne mechada se confirmó que también está contaminada. El Gobierno de Canarias confirmó el positivo en listeria del Chicharrón Andaluz que una familia compró durante un viaje a Andalucía.