Religión
El Papa planta cara a una hernia abdominal
Francisco ha sido operado para evitar una obstrucción intestinal. El pontífice, de 86 años, ha superado tres horas en el quirófano con buen humor: «¿Cuándo vamos a por la próxima?»
Una hernia abdominal. Ese es el motivo por el que el Papa Francisco ingresó esta mañana en el Hospital Universitario Agostino Gemelli de Roma para ser operado, tras presidir la habitual audiencia de los miércoles en la Plaza de San Pedro, donde no mostró ningún síntoma de debilidad, más allá de las limitaciones de movilidad por su maltrecha rodilla. Tal y como detalló el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, el Santo Padre fue sometido a primera hora de la tarde a una laparotomía y cirugía plástica de la pared abdominal con prótesis.
La intervención, que ha durado tres horas, se ha desarrollado «sin complicaciones» y tras salir del quirófano fue trasladado a la décima planta del centro médico, donde se ubica el llamado apartamento pontificio. Al frente del equipo médico se encontraba el cirujano Sergio Alfieri, que ya le operó hace dos años del colon. Fue el propio Alfieri el que ha comparecido a última hora de la tarde para despejar cualquier duda sobre la intervención. «El Santo Padre está bien. Está despierto, bromeando y ya me ha tomado el pelo. He hablado con él hace diez minutos y me ha preguntado: ‘¿Cuándo vamos a por la tercera?’», ha expuesto sobre la actitud del Papa al salir del quirófano.
Patología benigna
De forma detallada, la Santa Sede explicó que el Sucesor de Pedro fue sometido a «una laparotomía y cirugía plástica de la pared abdominal con prótesis bajo anestesia general» a causa de «una hernia incisional incarcerada que está provocando síndromes suboclusivos recurrentes, dolorosos y que empeoran».
El médico aclaró que «la patología de la que ha sido operado es benigna, deberá hacer un posoperatorio, pero una vez reciba el alta no dejará traza ni preocupación». ¿El motivo? El Papa habría sido operado hace tiempo de una peritonitis y alguna que otra dolencia, tal vez en Argentina, que le habrían provocado «adherencias», o cicatrices internas en el intestino. Esta situación, en palabras del doctor, le provocaba unos dolores «cada vez más frecuentes» que ahora se habrían liberado al sanar esas cicatrices.
En paralelo, Alfieri también ha indicado que «de una vez por todas» la operación a la que fue sometido ahora hace dos años para extirparle unos divertículos del colon también fue benigna y está «completamente curado». De esta manera, borra de un plumazo los rumores de ida y vuelta de que Jorge Mario Bergoglio pudiera haber sufrido cáncer. Es más, el cirujano ha llegado a afirmar que «el Papa no tiene otras enfermedades».
En paralelo, ha descartado que Francisco tuviera incompatibilidad alguna para recibir anestesia general. «El Santo Padre nunca tuvo problemas, ni hace dos años ni hoy. Claramente a nadie le gusta ser operado ni dormido, porque en ese momento perdemos la conciencia, en ese sentido no le gusta estar dormido, pero no ha habido problema», ha aseverado. Lo cierto es que Jorge Mario Bergoglio siempre se ha mostrado reticente a entrar en quirófano, no tanto por la intervención como por la sedación total.
Y es que, como el propio Papa ha admitido, ese fue el principal motivo por el que, hasta la fecha, se haya resistido a una intervención invasiva que habría mitigado con mayor rapidez y eficacia la artritis que sufre en su rodilla derecha. Esta dolencia le ha obligado a reducir su movilidad, así como a alternar la silla de ruedas con el uso de bastón.
Planes previstos
Frente al hermetismo vaticano a informar sobre la salud del Papa, Alfieri ha expuesto abiertamente que la intervención «no ha sido una decisión de urgencia», sino que se ha ido barajando durante los últimos meses debido «al dolor que acusaba».
Es más, ha desvelado que incluso la fecha fue una opción personal: «Todo lo decide el Papa. Sabéis que todo lo decide en primera persona, así que se decidió ayer hacerlo hoy porque era el mejor momento para su agenda». Eso sí, especificó que, aunque la recuperación por esta intervención es de «entre cinco y siete días, tenemos que ser conscientes de que tiene 86 años y ha pasado ya por cuatro cirugías», además de la infección pulmonar por la que estuvo ingresado en marzo.
En cualquier caso, el médico ha detallado que, de momento, el Santo Padre estará ingresado en reposo, pero luego «podrá hacer una vida normal». «Lo único que le he dicho es que no haga esfuerzos y que no coja peso. Él me ha mirado como diciendo: ‘¿A ti te parece que cojo mucho peso?’», ha compartido el cirujano entre risas.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, ya había explicado previamente a través de un comunicado emitido antes de la operación que «la estadía en el establecimiento de salud tendrá una duración de varios días para permitir el curso posoperatorio normal y la recuperación funcional completa», según dijo.
Con esta premisa, la Prefectura de la Casa Pontificia, organismo que gestiona la agenda de los papas, canceló toda la agenda de Francisco hasta el próximo 18 de junio. Un parón de once días que ha afectado, entre otros, al Encuentro Mundial sobre la Fraternidad en el que iban a participar 29 premios Nobel. De hecho, desde la Prefectura se pusieron en contacto con Mensajeros de la Paz, con el padre Ángel García al frente, que el próximo miércoles iba a celebrar en la audiencia general con el pontífice argentino los sesenta años de la entidad.
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